AHORA UNIDOS MÁS QUE NUNCA 15-M DEMOCRACIA REAL YA

jueves, 30 de septiembre de 2010

30-S. El día después

El día después. Todo prosigue igual ¿Pues alguien había notado algo? La verdad que para muchos hoy no existe el día después. Como el título de aquella película apocalíptica, donde el día después es muy diferente al día antes. El planeta devastado por una auto-destructiva guerra nuclear.

Quizás algo ha cambiado, el gobierno se ha fortalecido en sus reformas, sí. Luego nos quejamos día a día del zapatero a sus zapatos, pero como ya reza el refrán, “en casa del herrero cuchillo de palo”. Todos hablan contra los sindicatos, contra el gobierno, contra los empresarios, contra los piquetes. ¿? ¿Pero en quién debemos canalizar nuestra protesta? ¿En nosotros mismos? Si ya somos incapaces de hacer algo por nosotros mismos, siendo auténticos drogodependientes de las redes sociales, el deporte como espectáculo o de esos semidioses mediáticos que nos influyen hasta como debemos ir vestidos. Pero bueno señores (y señoras), me da mucha gracia el decir yo ejerzo el derecho a trabajar, hecho que hago yo todos los días... por desgracia uno sólo puede manifestar su malestar en dos ocasiones y sino, a callar la boca. Yo pienso que si no existiera la amenaza del despido como si de la espada de Damocles se tratara, si no nos descontaran el día que hemos hecho huelga (incomprensible si es un derecho constitucional)... muchos se hubieran quedado en casa durmiendo hasta las diez. Coacción o pasotismo, que más da, el resultado es el mismo. Yo paso de los sindicatos como otros muchos, pero miro por mí y soy solidario con los demás... a mi la puñetera reforma laboral me afecta menos que a otros que decidieron lo que decidieron... sí, a esos que son fijos y que pueden despedir pagándoles 20 días por año trabajado en vez de 45 (a mí en su momento me apoquinaron 60 días, en fin, una pasta). Ayer perdí dinero pero gané dignidad, este mes comeré caviar de marca blanca, dejaré el iraní para Navidad.

Ahora sí que tengo la sensación de vivir en un país que funciona a golpe de balón.
Id a trabajar con gripe y cuarenta de fiebre, que sino el jefe se enfada y comienza a redactar vuestro despido. A mí eso no me sucederá. Y lo del despido de 20 días tampoco, aunque la empresa pierda. Esta empresa siempre pierde, creo. Me la suda la mala fama que nos otorgan, tengo la conciencia tranquila, y me metí en una guerra que no era la mía, pero para dar ejemplo y para respaldar a muchos conocidos que sé que lo están pasando mal y no pueden hacer nada. Pienso que si debo sacrificar un día de sueldo por los derechos de toda una vida vale la pena, así de sencillo. ¡Ay! Tendríamos que tomar ejemplo de griegos y franceses, aquí somos españoles para lo que queremos, y nos unimos para animar a la roja, pero punto.

Eso sí, ya llegará el momento de criticar a los sindicatos. Los trabajadores somos todos nosotros. Ellos tendrán sus motivos, sus liberados, sus subvenciones... pero la cuestión es que al margen de todo esto nos van a joder igual. Más claro, agua. Ya veremos que sucede en las elecciones, pero ya lo puedo vaticinar, baja participación y aplastante triunfo de la derecha (hablo de las municipales y autonómicas, las del 2012 ya las profetizaron los mayas: el fin). Multitud de gente opina que la huelga debería haber sido hace tres años, podemos estar en acuerdo y desacuerdo, pero yo creo que hubiera sido un calco de la de ahora, de la de ayer. Estamos entrando en una peligrosa espiral de decepción, incoherencia, desconfianza, desaprobación... hacia las clases dirigentes y nuestros representantes laborales, pero es que, señores y señoras, se lo han ganado a pulso. Hemos perdido una oportunidad de demostrar a todos ellos lo que somos, pero la conciencia de trabajador no existe, estamos en un mundo aburguesado y de apariencias, del sueño “americano”... ¡buf! Eso ya es otra historia. Corramos un tupido velo al 29-S. El tiempo les dará o les quitará la razón.




Imagen: Mi apoyo a los mineros leoneses que han conseguido con su Segunda Marcha Negra un hálito de esperanza.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sueños

Hoy he soñado contigo. Eras la única persona que venías a visitarme al hospital. Era una extraña clínica con vistas a un puerto comercial, con barcos de pabellón suizo. Embarcaciones de carga, un transatlántico y un superpetrolero, de esos que atraviesan con frecuencia el Estrecho de los Dardanelos.

Me daban de comer de manera precaria. Un simple plato de pasta con algunas aceitunas con hueso. Flaqueaba en fuerzas y me costaba realizar hasta el movimiento más sencillo y elemental. Me visitabas con frecuencia, me consolabas en aquel nido de enfermedad. Me acariciabas el rostro y te miraba impasible, sin agradecerte todo lo que hacías por mí.

Por las noches me enfundaban en una camisa de fuerza. Pernoctaba así, inmóvil, en un constante abrazo hacia mí mismo.

Tus visitas eran frecuentes, hasta que supe que lo que realmente sucedía es que trabajabas allí y que aquello era un hospital para tratar a enfermos mentales, un manicomio de los de antes, concepto que siempre habías desaprobado por ser un término peyorativo y obsoleto.

Entonces comprendí que nunca saldría de allí y que estaría toda la vida solo, muy solo, con esa gran ventana abierta a los barcos de la bahía como desesperado síntoma de fuga.



Imagen: Hospital psiquiátrico abandonado en la Sierra de Madrid.

Buenos días Sr. Ardilla

-Buenos días Sr. Ardilla ¿Hizo usted sus tareas?
-Sí señor, como siempre, como todos los días.
-Muy bien, lo tendré en cuenta.




-Lo tendré en cuenta [ESO TE LO CREES TÚ].

martes, 28 de septiembre de 2010

¡Mañana burrada general!

Mañana Burrada General contra los Burros que nos gobiernan. Contra esa caterva de burrócratas progres que no ven más allá de su hocico borriquero. Estos pollinos parecen desconocer la realidad latente, alejados en su fantástica pompa en un mundo feliz y borriquil.

Por cierto, burras gracias por conseguir que no nos quiten el descuento-residente, un "gran esfuerzo" burrocrático contra el borriquito fraguel. Un asno en todo su contexto.
Mis 70 euros se los pueden gastar ustedes (Sres. Burros y Sras. Burras) en café y en bicarbonato... o en alguna zanahoria.





*No tengo nada contra los burros, al contrario, me parece un digno animal. Ya recitaba Juan Ramón Jiménez: "Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro". Ojalá los burros del poder resultaran tan dulces (¡?).

Imagen: Burra en Llucmajor (Mallorca). Una fiel candidata a cualquier cargo político vacante, en Mallorca, en Baleares o en el Estado.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Madres

En un corto período de tiempo muchas amigas y compañeras han sido "madre". Madre. Una expresión que, a mi parecer, suena algo hosca, pero que representa en cambio la esencia de la vida. “La que amamanta”, que es lo que significa “Mater”.

Contemplo a los recién nacidos, de rostro angelical e inocente, ajenos al futuro y al cruel mundo que los envuelve. Con sus papos sonrosados se retuercen ansiosos de pecho, y braman, y fruncen el ceño anhelando el merecido alimento. Sólo el contacto con su madre les rescata de esa precaria burbuja que es “su” mundo.

Yo sé que nunca seré madre, ni podré sentir lo que una madre experimenta, o quizás no lo llegaré a comprender jamás. Ni en esos nueve meses, o en esos instantes que pueden ser horas, o en una nueva vida engendrada, una nueva vida por delante.
También pienso que nunca seré padre… lo veo lejano, como si no me fuera con esta vida.
Los guajes crecen y van tomando un cariz, una personalidad, dibujada por aquello que los rodea… o no.

Ellos son y serán sus hijos.
Nuestro alba es su amanecer. Entre lotos y cañas navega la cesta, apacible, a merced de la marea.

Miro al horizonte y sé que nunca veré a Bertina jugando con el cubito y el rastrillo en la orilla del mar. Cierro los ojos y me resigno.

domingo, 26 de septiembre de 2010

La fortuna de Suro




¡Noooooo! ¿Quién me mandó salir a tomar el fresco? No podía más; el mísero mamífero se puso a fumar una substancia maloliente. Del cigarrillo emana un olor nauseabundo. Ese pestazo se pega a la telaraña de mi guarida y casi muero asfixiado.
Pero ahora me encuentro en el tejado, al otro lado de una ventana herméticamente cerrada ¡clas! El individuo ha corrido el pestillo, me dejó abandonado a mi suerte.
Bueno, aprovecharé para tomar el sol. Ya abrirá. Con ese ambiente no podrá aguantar mucho rato. Es delicioso sentir ese calorcillo sobre el torso. Es lo que tiene el sol del otoño. Boca arriba el placer es más intenso.

De repente una sombra planea sobre mi cuerpo. Debe ser una nube, pero pasa demasiado rápido. Otra vez. Fugaz. Un golpe sordo me eleva por los aires. Caigo de bruces, con las patas hacia arriba ¿Qué sucede? Mi instinto de arácnido me comunica un “estonomegustanadadenada”.

Es hora de poner patas en polvorosa. Otro golpe y vuelvo a saltar por los aires. Esta vez he percibido una materia sólida depilando parte de mi abdomen. Es como una aguja de hueso de color azafrán… ruedo tejado abajo. Me incorporo y oteo a mi alrededor. Te veo. Maldito pajarraco ¿Crees qué uno es alpiste? Me coloco en posición de defensa. Debo afrontar el final con entereza y valor.

Observo la mancha oscura en el cielo. Se hace cada vez más grande, toma forma, escucho el graznido y percibo el olor del plumaje. La mancha se transforma en un pájaro negro con más hambre que el perro de un ciego. Dejo mi dignidad a un lado y para otra ocasión, y me arrojo al vacío, extiendo mi tela y me balanceo buscando un punto de apoyo. Ha estado cerca, muy cerca. Me desplomo sobre una superficie blanda que amortigua mi caída ¡Buf! ¡Qué asco! Intento nadar en un mar de mierda.

Totalmente impregnado empiezo a recobrar el sentido de la vida. De alpiste con patas a hez caminante. Me siento observado. Una bola brillante vigila cada uno de mis movimientos. Es de un azul intenso. Enigmática. Atrayente. Mortal. Respiro hondamente y trago saliva al más puro estilo de las arañas en apuros. Creo ver un mamífero sediento de sangre. Uno al que le gusta jugar con sus víctimas, torturarlas para después matarlas… sin piedad. Algo negruzco y húmedo me olisquea. Estoy listo.
(…)
(…)
De depredador a depredador y tiro porque me toca ¿Pero no soy yo el cazador?
Me parece sentir ya su garra fustigando mi tórax cuando una voz recorre la buhardilla como una brisa salvadora.
–¡Boni ¡Boni! ¡A comer!

De repente el felino marcha en un salto preciso y elegante.
Las arañas no sudamos pero pasamos miedo ¿Qué te crees? Huelo a excrementos pero sigo vivo. El bicho prefiere las galletas con sabor a sardina que a un servidor. Es de agradecer que un animal con un nombre tan ridículo no te devore como diversión.