Cuando ruge la marabunta

Chillidos, golpes, juguetes volando…
Me percato de un ruido sordo…
Algo se arrastra por el parquet.
Algo se agarra a mi pierna,
algo me aferra un brazo,
siento el aliento de algo en mi nuca.
Nunca más,
nunca más una fiesta de cumpleaños
en un miserable chikipark.

Estudiando

Tuerces los labios, palpitan tus ojos, bufas con desaprobación, frunces el ceño, pensativa. La lectura se extiende más allá, más allá de todos esos conocimientos que ya posees, de los que eres dueña absoluta. Tus cabellos caen sobre el papel como rayos dorados sobre la blanca piel, tu punta fina rosa subraya frenéticamente, alternándose con un rotulador naranja. Hechos. Términos. Conceptos. Expresiones. Ideas. Tu carcaj lleno de lápices afilados, tu ordenador portátil para ilustrar la lectura, tus dedos sobre el teclado, delicados y decisivos, él lo agradece escupiendo información e imágenes. Tus sonrosadas mejillas se encienden como preludio de incomprensión, el cosquilleo de la tinta, el regocijo de tu sonrisa.

Habla en francés [...algo empalagoso la verdad]

Me gusta escucharte hablar en francés.
Quizá suene melindroso,
quizá suene algo esnob.

Tu voz resulta ser
un toque de sensibilidad,
una deliciosa sintonía,
una serie de notas musicales, encadenadas
una relajante melodía que
define un carácter de ensueño
un momento palpitante y risueño.

Habla en francés por favor.

La mañana... [continuación de la noche]

El sol se filtra a través de las persianas, los pajarillos corretean por el tejado, cantan, me despierto, poco a poco vuelvo a la vida, abandonando mi yo onírico, el yo lejos de las preocupaciones, el yo que no se cansa y se relaja. Mas que saltar de la cama titubeo, un minuto, dos, tres, retiro el edredón con hastío, me incorporo despacio, siento mi cuerpo entumecido, estiro los brazos, bostezo hasta el punto de dejar de respirar, primero una pierna, luego otra, camino hacia el baño, ducha caliente, me quedaría ahí toda la eternidad con el murmullo del agua y sus caricias. Activo la cafetera que carraspea al producir la matutina ambrosía, el primer chute del nuevo día.