AHORA UNIDOS MÁS QUE NUNCA 15-M DEMOCRACIA REAL YA

viernes, 16 de julio de 2010

Cartas a Paulo (16 de julio 2763 Ab Urbe Condita)

Saludos Paulo,

Los besos en ocasiones son pasos equivocados, pero no por ello debemos arrepentirnos de ellos... y aunque tomemos luego una decisión contraria a su filosofía, el sabor de estos quedan en nuestros labios, anhelando la resurrección de esta sapidez, pero eso sí, cuando realmente sepas a quien estás besando.
Esto es lo que me pasó Paulo, y esto es lo que quiero que me pase otra vez, pero cuando tenga que pasar.

jueves, 15 de julio de 2010

Los pinos también bailan y... mueren

Esta mañana contemplaba los pinos que se alzan arrogantes frente a la ventana de mi despacho. Sublimes, de torsos rugosos y robustos.

No son tan fuertes como aparentan, pues cuando llegó del mar aquel “cap de fibló”, el tornado, el twister que, me recuerda inevitablemente al polo que comía cuando era niño, los arrancó de cuajo, los partió como ramas secas, los cortó como la hoz siega la mies.
Con el suelo embarrado, entre el lodo de la intensa lluvia, emergía todo aquel mundo vegetal moribundo, como en un campo de batalla, rebosante de muertos y heridos gemebundos. Un fuerte olor a savia como hedor a verde sangre que, se desliza por troncos y sarmientos crujidos, débil pero constante, cargaba el ambiente como paraíso de los alérgicos.

Los pinos que quedan son los supervivientes de aquella hecatombe vegetal. Parecen sonreír a la fortuna, parecen agradecer a la providencia que todavía se hallen en pie, desafiando al tiempo y a su destino. Bailan al son de la brisa estival, vivos, añorando a sus hermanos y primos que desaparecieron para siempre aquel fatídico día. Me hablan y me dicen que siguen aferrados a la tierra, y que otros no tuvieron esa suerte, y que sus raíces quedaron al aire, como aspirando el último hálito de existencia en un postrero estertor, inmóvil, de muerte.






miércoles, 14 de julio de 2010

Insomnio

No puedo dormir pensando en las vueltas que da la vida. Me recreo en la expresión “agarrar al toro por los cuernos”, ahora que han pasado los Sanfermines. Pero es lo que tengo que hacer, plantearme las cosas de nuevo y construirlas otra vez… hay días que no tienen sentido y me siento extrañamente vivo, como alguien que sólo espera morir. Varios poemas aterrizan en mi memoria, como aviones llegados más allá de las nubes, más allá de las palabras, los versos. Recuerdo aquel de las mujeres amadas, de las noches perdidas, o los vampiros voraces. No puedo conciliar el sueño, cierro los ojos y sólo veo obscuridad, cierro los ojos y lo veo todo negro. Intento imaginar un mundo feliz, apartando mis terrores y mis obsesiones, pretendiendo que ya es hora que comience ese puzzle de cien, mil, cinco mil, diez mil piezas. El rompecabezas de la vida que hay que ordenar (esta es la idea de una amiga, la búsqueda de las piezas que encajan perfectamente)… doy vueltas en la cama, pensando, tantas cosas que hacer y tan pocas ganas… todo parece perderse, el tiempo pasa y no me puedo dormir, me levanto y me acerco al ordenador, a escribir toca, escribe y publica, que vean la hora y sepan de ese insomnio atroz, del que me acordaré cuando el despertador suene mañana a las 6.30, ¿mañana? Hoy.
No amemos todos a los imbéciles apáticos.

martes, 13 de julio de 2010

Cartas a Paulo (13 de julio 2763 Ab Urbe Condita) -A todos nos gusta el futbol

Hola Paulo,

Ahora resulta que a todos nos gusta el futbol, y yo sin saberlo. Aquellos que desaprobaban mi actuación ante el televisor, como diciéndome "¿qué miras? siempre estás igual", o aquellos que no sabían que era el jabulani o que los campeones del mundo llevaban una estrella en el torso, o desconocían el fuera de juego o cuantas tarjetas acarrean suspensión. La gente se escuda en que es un sentimiento, yo cuando veo a mi club de toda la vida también es un sentimiento, no te jode, lo que pasa que no lo han entendido hasta que España ha llegado a la cima del planeta-futbol. Me alegro, sí, pero que a partir de ahora se respete más a la gente que hemos estado siempre ahí, desde el ridículo de España 82 al de Francia 98 o la frustración de Corea-Japón 2002. Lo mismo pasó con la F-1, que empezó a existir para algunos cuando el nano comenzó a ganar carreras. Hay algo que va más allá de los colores.