Aquí estamos Paulo, amigo de mis amigos, enemigo de mis enemigos. Me siento como Perseo ante Medusa, la de los cabellos de viscosas y ávidas víboras. Mi espada es el lápiz, mi virtud los conocimientos y sus prejuicios. Que bocanada de veneno cuando habla, que mirada ignominiosa capaz de transformarte en piedra. Hay gente que habla sola, dicen. Yo creo que hablan con los dioses…
El otro día leí una noticia que me dejó anonadado. Luego sobrevino la risa. La reproduzco para compartir esas sonrisas. La fotografía corresponde al gato de una compañera de trabajo, que me ha venido como anillo al dedo para ilustrar tan interesante noticia. Cambiamos un poco la temática ¿no?
La Jungla en Málaga Temen que una pantera haya matado a 14 cerdos.
Parece poco probable que un felino como éste haga su aparición en los campos de la provincia de Málaga. Pero así lo asegura un ganadero de la localidad malagueña de Campillos, que achaca a una pantera la matanza de catorce cerdos. El dueño de la piara ha pedido a las autoridades de Medio Ambiente que le permitan cazar el animal, que según explica “es negro, con el que pelo que brilla y que salta mucho” (sonaría algo así: é negro, con er pelo que brilla y sarta muxo, no vea como sarta er bixo). Aunque no le han concedido el permiso, Ramón monta guardia todas las noches (espero que cuente con un rifle mataelefantes mínimo, el calibre 12 no hace milagros) a la espera de que aparezca el temido felino (ay Ramón deja las setas alucinógenas).
Como hay que contrastar los hechos os dejo tres enlaces para que os recreéis.
Sin duda este enlace se presenta como el más documentado, con el título: "el enigma de una bestia". http://www.laopiniondemalaga.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008040100_11_169994__Luces-de-Malaga-enigma-bestia
hoy me he levantado temprano, antes que el gallo cantara, acribillado por los mosquitos, ya les di su merecido por la mañana. Me he levantado con cierto sabor agridulce, eso que llaman victoria pírrica... algo titubeante, pero sabiendo que en el fondo existen esperanzas. Vago sin rumbo, con el timón a la deriva, pero con la certeza de que llegaré a buen puerto.