AHORA UNIDOS MÁS QUE NUNCA 15-M DEMOCRACIA REAL YA

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Suro y las orugas




Desde días atrás existe en casa una invasión de orugas. Es bien cierto que el alimento abunda, pero ya me estoy hartando de tanto gusano, saben a rayos, como si fueran patatas fritas, pero freídas hace cuatro días ¡Ya os lo podéis imaginar!

Son blanquecinos y reptan por todas partes. Pared arriba, pared abajo, por el techo y por el suelo. Cuando tropiezas con uno de estos seres gelatinosos rápidamente te lanza un mensaje de súplica: “No me comas”. Para que con posteridad suene amenazante: “No soy de agradable sapidez. Atente a las consecuencias si lo haces". Ya dicen que “El que avisa no es traidor”. Y no avisan en balde, os lo aseguro.

Una tarde una de mis compañeras me aseguró que las mariposas saben mucho mejor, como dicen en esta tierra, son “mel”*.
“Suro aquests cucs es transformen en papallones i són mel”.

Es decir, debemos esperar a la metamorfosis y cuando salgan de la crisálida al buche. El plan consiste en cazarlas inmediatamente al surgir del capullo. Pero la verdad que esto va para largo, a este paso moriremos de hambre. Es un plan perfecto, no lo pongo en duda, pero “Mas vale oruga en mano que mil mariposas volando”, eso es lo que reza un refrán de arácnidos. No es que me conforme con poco, al contrario, pero no quiero pasar hambre y eso es lo que importa. Hoy en día con la crisis la cosa está chunga.







*Literalmente miel. Algo que está muy sabroso. En fin, ambrosia (Nota del Autor).

martes, 30 de noviembre de 2010

Luz

Tanteo en la oscuridad buscando el interruptor ¡Click! Pongo en marcha el ventilador por equivocación. Ahora palpo nervioso. Otro click y enciendo una luz tras de mí ¡Maldición! Quiero encender la luz que guíe mi camino. Cierro los ojos y mi sentido del tacto se agudiza. Toco la áspera pared con la esperanza de hallar el interruptor correcto, de sentir el plástico en mis dedos, presionar con fuerza e iluminar este sin sentido que es la vida.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Estrellas fugaces

Las estrellas fugaces son portadoras de deseos, sueños y cumplidos. La otra noche, sentado en la terraza observaba el cielo, fijamente, buscando una de esas estrellas que no es estrella. Son elementos del espacio exterior que al contacto con la atmósfera se desintegran en un recorrido incandescente. Esto queda lejos del concepto romántico, por así llamarlo, de la estrella que muere, de la estrella que se desvanece y expira para la eternidad. Quizás pedimos un deseo por un simple aerolito, un pedazo de roca interestelar o un insignificante resto de basura espacial.
Pero los meteoros quedan en el imaginario popular como ese ente que nos hace desear algo que tarde o temprano debe cumplirse.

martes, 9 de noviembre de 2010

El molino, el viejo y la gallina

Un día me tocó visitar un molino situado en un municipio de Mallorca cuyo nombre no quiero recordar. Imaginar su función original suponía un ejercicio mental considerable, y sólo podía percibir su glorioso pasado cerrando los ojos y reconstruyendo en mi cerebro todos los elementos que antaño ornamentaban aquella torre blanquecina y destartalada.
Alrededor del molino se extendía un cercado, donde un anciano de rostro angelical y camisa sucia daba de comer a una gallina. Una sola gallina en aquella parcela. No es que fuera una gallina especial, más bien el bichejo parecía de lo más común, de tono parduzco y cresta rojiza. El hombre, encorvado, extendía la palma de su mano repleta de grano, y la gallina picaba frenética e indiferente, con los ojos inmóviles y sin cacarear. La mimaba como si se tratara de una persona especial. Quizás se trataba de la mítica y fabulosa gallina de los huevos de oro. El ave no dejaba de picotear e ingerir sin respirar aquellos granitos de trigo, meneando la barbilla con gracia.
–Come preciosa –le animaba el hombre.
Al cerciorarse de mi presencia el viejo se volvió hacia mí.
–¡Buenos días! –saludé.
–¡Hola! –me respondió y encogió los hombros –¿Cree usted que el Papa aceptará esto?

martes, 2 de noviembre de 2010

El pan de los muertos

[dedicado a Aprendiz de panadera]


Una tradición, que realmente se ha perdido en Mallorca, pero que se mantiene en algunos pueblos castellanos, es la de la ofrenda de pan en los funerales o aniversarios fúnebres.

Este rito social, ya desaparecido, estuvo en boga en el Medioevo y principios de la Modernidad. La costumbre de repartir pan a los pobres y necesitados sobre la tumba de los difuntos se documenta en varios testamentos a lo largo de los siglos XIII y XVI. El difunto pide en su testamento a sus herederos, que en cada aniversario de su muerte o día de los difuntos, se coloque un cirio y un pan o cesta con panes sobre su tumba, y que tras el oficio, este se reparta entre la gente necesitada.

Existía también el denominado pan de los difuntos y el pan bendito, aunque se desconoce su semejanza. Este pan bendito se repartía durante todos los domingos entre la sacristía y el portal de la Almoina (ubicado junto a la Catedral en la casa del mismo nombre). El día de la resurrección era sustituido por obleas.

Aunque parezca mentira, esta tradición, aunque desparecida por completo en su forma ritual original, ha llegado hasta nuestros días en otra forma. Es costumbre de los niños recibir, el día de todos los Santos (1 de noviembre), un rosario hecho de pastas de yema y almendra. Estas pastas sustituyen a los panecillos o “panetets” que antiguamente se regalaban a los niños por estas fechas, y que sin duda son los panes que antaño se daban a los pobres el día de los difuntos.


lunes, 1 de noviembre de 2010

Cartas a Paulo (1 de noviembre de 2763 Ab Urbe Condita)

Buenos días Paulo,

El frío ya está aquí y escribo desde mi cubil.

Anoche los niños, disfrazados como seres horrendos, iban de casa en casa pidiendo caramelos. Sin duda, las influencias extranjeras se han arraigado en nuestra cultura, es como un segundo carnaval, del terror diría yo. Las calabazas adornan las casas con rostros grotescos, y en los rincones se diseñan telarañas de algodón con inofensivos arácnidos de plástico.

Ayer, cuando llegaba a casa, en la penumbra de la noche, varios seres, de esos criaturas-niños se cruzaron en mi camino. Vagaban como zombies con ansias de succionar cerebros humanos; como vampiros de tópica capa y afilados colmillos de goma que venden en las tiendas de disfraces; como asesinos psicópatas y monstruosos inspirados directamente de la gran pantalla; como fantasmas de sábanas blancas y raídas… disfraz cutre pero de éxito asegurado.

Uno no duerme tranquilo sabiendo que una caterva de bichos ronda por el pueblo. A mi casa no llegaron. Supongo que la oscuridad de la calle los retuvo, o quizás el estado del edificio. No es la casa de Norman Bates, pero sí parecen las ruinas de un manicomio abandonado. Las risas, los gritos y los ruidos guturales inventados para infundir temor desparecieron muy temprano… hasta los monstruos tienen madre y un plato de sopa caliente en la noche de Halloween.

¡Valete!



Imagen: Truco o trato. Huevos o caramelos. Tú eliges.

martes, 26 de octubre de 2010

Vértigo

Llevaba una semana sin escribir. El vértigo me impedía pensar, si bien me ha hecho ver otras cosas con la claridad más absoluta. Era como estar borracho sin beber, como estar drogado sin haber tomado drogas... bonito, barato, insoportable. Una semana en la que el mundo ha girado a mi alrededor, y de que manera ha girado por Dios. Todo daba vueltas, y vueltas, y vueltas ¿Dónde estoy? Ahora ya sé lo que es el movimiento de rotación de la Tierra, aunque a su vez parecía experimentar el de traslación, un baturrillo de ambos en mi alocada cabeza.
Pero todo rueda, a todo se le da la vuelta, todo se transmuta. La sinceridad que se transforma en hipocresía, las palabras que se transforman en nada, los cumplidos que se transforman en vacío. Todo vira. Estoy lo suficientemente mareado, harto, para aguantarme en pie, anhelando tumbarme, cerrar los ojos y dormir, como un trocito de muerte que me hace olvidar todo lo que me sucede alrededor, sea bueno o malo, el descanso.
Yo también pienso en ti, me regodeo dibujando tu imagen en mi mente, me deleito con tu sonrisa y tus ojos color océano.
Un chasquido arremete contra el silencio imperante. Sacude mi viaje astral. Ya estaba en la luna y me vuelvo al mundo presente. Una compañera ha dejado caer un vaso de agua que se ha sacudido en un postrero crac y ha saltado fragmentado, expandiendo su cuerpo sólido por la superficie en un chillido vidrioso. Levanto la mirada soñolienta y maldigo el momento. Justo cuando comenzabas a mirarme con esos ojos penetrantes y enigmáticos, una mirada que me incomoda, pero que es a la vez placentera y como no, vertiginosa.



El vértigo desvirtua la realidad pero no los sentimientos.


sábado, 16 de octubre de 2010

Cartas a Paulo (16 de octubre 2763 Ab Urbe Condita)

Oh Paulo, cuanto tiempo sin escribirte. La vida ha rodado, ha rodado mucho, ha rodado demasiado. Meses de incertidumbre, meses de engaño, meses de concebir la realidad, meses para atisbar como son verdaderamente algunas personas.
Ahora todo va mejor, más tranquilo, más centrado en el trabajo. Pero ya sabes que soy inquieto y no me contento con poco, siempre tengo que buscar, buscar. Tiempo atrás queda mi campaña contra los astures; pocos meses que parecen evos dilucidan mi fanatismo religioso y mi insensatez religiosa plasmada en el culto a Venus; semanas que parecen años me separan del desamor y la estupidez, reflejada en la impaciencia y en la perfecta desorientación.
Te escribo Paulo porque acabo de descubrir el Mediterráneo, calmado, apacible, sosegado, donde navegan las almas y los corazones bajo un sol dorado, resplandeciente, cuyos rayos caen sinuosos y sedosos. Los marineros cantan bellas canciones, brotan de sus bocas expresiones cándidas, pícaras y sinceras. Tengo ganas de coger la barca y remar, remar hacia ese mar carente de tempestades y remolinos. Pero ya sabes que no confío en el mar, me da miedo, y no quiero ahogarme de nuevo.
¡Ay Paulo! Dichoso eres tú. Esta vez aparto el optimismo y soy más cauto.

Valete.

viernes, 15 de octubre de 2010

Suro y las armas de destrucción masiva

Mis compañeras, que habitaban en la casa de al lado, han muerto todas. Se desconoce ese fallecimiento prematuro, pero yo sé a que se debe, no cabe duda, a la existencia de armas de destrucción masiva.

Digo yo a los mamíferos inquilinos que, nosotros los arácnidos no somos seres malévolos, no representamos ningún peligro, no somos parásitos. Al contrario, os libramos de las moscas, de los mosquitos y de otros insectos molestos que perturban vuestra existencia cotidiana. Usar veneno contra nosotras, las arañas, es contraproducente y nada recomendable. Somos silenciosas, tejemos nuestras trampas en recónditos lugares, ajenos a vuestra presencia, vivimos apaciblemente colgando de nuestra tela, cazando y succionando. Si utilizas esas armas contra todo artrópodo terrestre jamás volveremos, pero que sepáis que otros bichos se acostumbran con facilidad a inhalar ese ponzoñoso líquido y se hacen inmunes, regresando para torturaros de nuevo.

Mis compañeras no me creen, dicen que las armas de destrucción masiva son un mito, un invento de mi imaginación perversa. Afirman que no existen, que es un “algo” inventado para tenernos asustadas, acongojadas en una continua tensión. Pero el mamífero de nuestra buhardilla las tiene, yo las he visto. Las guarda bajo el fregadero. Las tiene para los seres aéreos y para los terrestres, las tiene para insectos, miriápodos, dípteros… es un bote rojo y otro azul, con letras amarillas. Sobre la superficie del recipiente letal aparecen plasmados varios seres vivos, dibujados toscamente, entre los cuáles estamos nosotras. Se destapa y se acciona la hecatombe, el fin de nuestra especie en la casa, el fin de toda vida. Vivimos permanentemente bajo la amenaza de las armas de destrucción masiva, nuestro destino depende de otros. Piedad. Somos necesarias. No nos asesinéis. Amo la vida, no destruir el entorno, no jodáis este planeta.




Este es el cuarto episodio de Suro, si quieres leer los anteriores señala la etiqueta "Suro" más abajo.

jueves, 14 de octubre de 2010

El mono

Suena la puerta en unos golpes secos, sordos. Abro y para mi sorpresa es mi primo que pasa frente a mí sin decir hola, sin ni siquiera mirarme. Veloz. Temblando de pies a cabeza y emitiendo extraños sonidos con la boca. He visto sus ojos, fijos, no parpadean, no tienen vida. Se sienta en una silla, como impaciente. Gotitas de sudor recorren su sien, su rostro se contrae al mover la mandíbula, masticando un alimento inexistente. Golpea el suelo con el pie, como siguiendo el ritmo de una melodía que no se oye. Su cuerpo se convulsiona y sus manos no paran de moverse.
Me quedo paralizado... pienso que hacer. Cojo la cartera y le extiendo diez mil pesetas. Las aferra con ansia, las agarra con pavor... anhela lo que le den a cambio, desea ferviente esa dosis que lo sosegará, que lo sumirá en un estado de eterna felicidad, relax, que le cure esos terrible estertores, que le haga viajar más allá de las estrellas, que le abra las puertas de otras dimensiones... el pico.
Tal y como ha aparecido se va. Un amigo, que en esos momentos tomaba café conmigo me pregunta qué le sucede.
“Tiene el mono” digo con cierto hastío, pero también con aflicción. No puedo evitar que unas lágrimas de compasión broten de mis ojos.





Imagen: Jeringuillas en un descampado del barrio de San Blas (Madrid). Foto publicada en el diario "El País".

miércoles, 13 de octubre de 2010

Libres




Es un momento emocionante… los 33 al final serán rescatados y acallarán las bocas de muchos que creían que todo era una falacia. Ahora espero que los políticos chilenos guarden la compostura, que sepan comportarse ante la libertad de estos hombres que pronto se reunirán con sus familias y sus amigos, sus seres queridos, que pronto volverán a jugar al dominó en el bar, que volverán a ver un partido de futbol junto a miles de voces exaltadas.

A bordo de la “Fénix”, los mineros resurgen de sus cenizas, del silencio de la profundidad, de la oscuridad perpetua de las entrañas de la Tierra. No puedo contener la emoción al verlos surgir de la tierra, que como dice una chica chilena está pariendo, devolviendo a sus hijos enterrados. No puedo contener la emoción cuando la cápsula se abre y libera a uno detrás de otro, fundiéndose en un abrazo a su amada esposa, besándola, saboreando de nuevo el amor, resucitando, retornando a la vida, regresando al espacio libre y respirar el aire puro no sólo del inmenso desierto sino de la libertad absoluta.

Las gafas de sol ocultan sus ojos, pero seguro que están llorosos, impregnados en lágrimas, de una alegría que ni siquiera podemos imaginar. Abrazos, besos, llantos, sonrisas, saltos, canciones, gritos de ánimo… un clamor de éxtasis que recorre Copiapó a lo largo y a lo ancho: ¡Están con nosotros!

Mientras escribo estas palabras rescatan al minero número veinticuatro. Sé que mañana correrán ríos de tinta sobre el asunto, aparecerán minutos, horas de televisión recordándonos tan bellos instantes. Luego vendrán las entrevistas, las memorias de una lucha por la supervivencia, las críticas al estado de los trabajadores mineros en Chile, la propaganda política, la exaltación de la nación, el culto a la bandera, los anhelados agradecimientos a Dios, las celebraciones de todo un país, la victoria sobre la Madre Naturaleza, el triunfo sobre lo que parecía irremediablemente la muerte de 33 seres humanos… pero ahora, lo importante, lo esencial, es que estos mineros han vuelto a nacer, han resurgido de las cenizas como el Ave Fénix, han vuelto con sus familiares y amigos, han vuelto a vivir. Ya lo dije yo, se encontraban a escasos pasos del Infierno, pues es un infierno lo que han pasado, y al final del túnel, aparece la luz, la luz de una renovada esperanza.

Debo decir que he intentando aportar con mis artículos un granito de arena a esta causa. Desde un principio estaba seguro que todo iba a salir bien, tenía una corazonada… y ahora me siento estupendamente, aunque sé que esta sensación la están experimentando en este segundo millones de personas, chilenos y no chilenos, a la fin ciudadanos del mundo, aquellos que tenga un mínimo de sentimientos y un mínimo de respeto por la vida humana.

Agradecer a todos los lectores de mis artículos anteriores, agradecer a mis amigos de Chile que sé que me han leído. Os lo agradezco de corazón, y lo hice por ellos, lo merecían, por los 33 ¡Viven! Y desde España un efusivo abrazo. Siempre habrá en mí un trocito del país andino, y espero en un futuro no muy lejano visitaros.

domingo, 10 de octubre de 2010

Quemar las naves

Hoy es uno de esos días que me apetece dejarlo todo. Como diría un buen marino, tirar todo por la borda o como ejecutó en una drástica decisión Hernán Cortés, quemar las naves.
Me apetece quemar las naves. Me apetece mirar al futuro y olvidar completamente el pasado. Me apetece pensar que carezco de una vida recorrida y comenzar a caminar hacia adelante, hacia mañana, escupiendo al ayer. Quiero que mañana sea el primer día de mi vida. No quiero aprender de los errores, no quiero haber aprendido nada. Quiero ser ingenuo, quiero ser como un niño que descubre por primera vez toda clase de objetos, de olores, de sensaciones… no tengo pasado. Mañana será el primer día de mi vida ¿Qué sucedió ayer? No lo sé, yo no existía. Hipocresía, desamor, conocimientos, experiencias… no sé nada, no quiero saber nada. Debo mirar hacia ese nuevo amanecer, mi primer amanecer. Deseo desprenderme de todo: odio, amor, envidia, pavor,… titánicos pesos del día. Amigos, enemigos, necios y soberbios. Un nuevo paso, otro, dos más. Quiero ignorarlo todo, quiero aprender a vivir de nuevo, quiero separarme de todo aquello que me resulta nauseabundo, de todo, todo. Los buenos momentos, los malos recuerdos, los viajes, las personas… ellos consiguen olvidarlo, tú debes ser igual, sereno, decidido, malévolo, egoísta.
Me apetece quemar las naves ¡ya!

martes, 5 de octubre de 2010

Pensamientos de una tarde otoñal

La razón de mi ser, de mi vida, zozobra en un mar de decepciones. Es una extraña sensación, cuando comienzas a pensar en lo que podría haber sido o no es, en los recuerdos de la infancia, en la atormentada adolescencia, en la fogosa juventud, donde quieres comerte el mundo y en cambio éste te desayuna con un eructo peyorativo y se carcajea ante ti, un ingenuo granito de arena.Una tarantela perfora mis oídos, las lisonjas de siempre, la historia de mi vida…
Desilusión. A veces reflexiono, tumbado en la cama, boca arriba, contemplando el techo, blanco, la nada… me muerdo el labio cuando creo dar con la respuesta a mis plegarias, niego con la cabeza cuando me cercioro que estoy equivocado y sigo pensando. Entonces coloco las manos tras mi cabeza, me acomodo y cierro los ojos, viajando al pasado pero también al futuro condicional. Esbozo una sonrisa a cada deseo, me entristezco ante algunos hechos… pero como historiador asumo que lo pasado, pasado está. Eso no se puede cambiar. Se graba en nuestro cerebro como en un disco duro. Quedan momentos, rostros, aromas, palabras… jugamos con toda esa información y la ordenamos a nuestro antojo. Además, ponemos nuevos protagonistas que vocalizan lo que queremos oír, articulan las expresiones que deseamos escuchar y actúan como te agradaría que lo hicieran. Pero te equivocas, las marionetas no bailan a tu son, no llueve a gusto de todos y es cierto que cada persona es un mundo por descubrir. No puedes forzar a nadie a desear lo que tú deseas, y menos a creer que es así, o creer que puede ser así. Cada uno es independiente. Yo soy independiente ¿O no? ¿O no? ¿O no? La idea de la muerte me hostiga. Me levanto de un salto de la cama y me miro en el espejo. Tanteo mi rostro palpando cada uno de mis huesos. Las arrugas. El tiempo pasa. Pasa. Pasa. Suspiro ¿Qué es todo esto? Intento no pensar. Es imposible no pensar en nada. Necesito un café. Necesito descansar.

Las otras estrellas de Hollywood. Los caballos de Ben-Hur.

[Dedicado a una amiga portuguesa a la que le gustan los caballos]


Si tuviera que elegir aquellos animales que más me han gustado en la pantalla o que más ternura han desprendido sobre mis ojos, esos son los cuatro caballos blancos de la epopeya histórica Ben-Hur.

Herederos directos de la novela de Wallace, los equinos de dicha película se muestran con todo su cariz noble, bello y sincero. Son más que caballos, ellos tienen personalidad y no los quiero ver como meros instrumentos de la venganza que Ben-Hur ejerce sobre su antagonista, Mesala.

Sus nombres ya evocan la belleza que atesoran. Nombres de estrellas, de esos astros que brillan y parpadean en el cielo. Si las estrellas parpadean es que tienen sueño, dicen. Antares, Rigel, Aldebarán y Altaír. Cuatro nombres para cuatro soles, para cuatro caballos. Corceles dignos de los dioses, de sedosos crines y hocicos rosados.

La complicidad que aparece entre hombre y animal es prodigiosa en Ben-Hur. Primero, el jeque Ylderim y con posterioridad Judah Ben-Hur, hablan a los caballos como si de personas se trataran, sus “preciosidades”, hijos de la radiante Mira, la madre de tan magníficos caballos y que el jeque ha dejado en su país natal para no entristecer a sus gentes. Aldebarán el rápido, Antares el lento, pero duro y paciente. Rigel y Altaír, constantes y tenaces.

El auriga y sus caballos forman el tándem ganador de la carrera en el imaginario circo de Jerusalén. Es tal la cooperación del auriga y sus rocines que éste no hace uso del látigo, únicamente de sus brazos, de sus manos amigas. Éstas sólo bastan para guiar a la cuadriga al triunfo final, viendo Judah cumplida su anhelada venganza sobre el arrogante romano que todo le había arrebatado.
“Victoria completa Judah, la carrera ganada, el enemigo destrozado”. Últimas frases del moribundo y mutilado Mesala, yacente sobre el camastro de la enfermería (más bien matadero) del circo: lóbrega, triste... escupiendo en su postrero hálito de vida odio y más odio, con el consuelo de su único amigo: Druso, que sostiene su cabeza en la latente agonía y el dolor de su cuerpo mutilado.

Tal y como aparecen los caballos, desaparecen. Ben-Hur los ama, pero este amor se mitiga cuando el príncipe judío ha conseguido su propósito... cuando el jeque se ha hecho de oro gracias a la arrogancia del romano muerto ¿o no?
Es cuando Judah contempla el escenario de la carrera, vacío, silencioso, comprendiendo que la venganza no le ha llevado a ninguna parte, y que todo está mucho peor que antes de la carrera. Los caballos nos dejan un sabor dulce y simpático. Nos proclaman admiración. Estudiamos cada uno de sus elegantes movimientos, los observamos entrenando, en el relax del descanso en sus cuadras de seda, y en el clímax de una carrera desenfrenada y cruel, propia del espectáculo romano. Los observamos juguetones, resplandecientes y cariñosos... luego serios, sudorosos y feroces. La diosa Epona los protege, bueno, en este caso, el dios de los judíos, aquel que mantiene vivo a Ben-Hur como una finalidad del destino.

“Uno de los animales acercó entonces su hocico hasta casi tocar los labios de Ben-Hur; su cabeza tenía una forma exquisita, sus ojos eran grandes y suaves como los de un ciervo y estaban casi ocultos por el copete, sus orejas eran pequeñas y puntiagudas. Mientras miraba fijamente al joven, con las ventanas de la nariz dilatadas, el labio superior en movimiento, parecía estar diciendo «¿quién eres tú?» con la misma claridad que un hombre”.
(Lewis Wallace, Ben-Hur, 1880).





Imagen: Aldebarán, Rigel, Altaír y Antares compitiendo en el circo de la mano de Judah Ben-Hur.

jueves, 30 de septiembre de 2010

30-S. El día después

El día después. Todo prosigue igual ¿Pues alguien había notado algo? La verdad que para muchos hoy no existe el día después. Como el título de aquella película apocalíptica, donde el día después es muy diferente al día antes. El planeta devastado por una auto-destructiva guerra nuclear.

Quizás algo ha cambiado, el gobierno se ha fortalecido en sus reformas, sí. Luego nos quejamos día a día del zapatero a sus zapatos, pero como ya reza el refrán, “en casa del herrero cuchillo de palo”. Todos hablan contra los sindicatos, contra el gobierno, contra los empresarios, contra los piquetes. ¿? ¿Pero en quién debemos canalizar nuestra protesta? ¿En nosotros mismos? Si ya somos incapaces de hacer algo por nosotros mismos, siendo auténticos drogodependientes de las redes sociales, el deporte como espectáculo o de esos semidioses mediáticos que nos influyen hasta como debemos ir vestidos. Pero bueno señores (y señoras), me da mucha gracia el decir yo ejerzo el derecho a trabajar, hecho que hago yo todos los días... por desgracia uno sólo puede manifestar su malestar en dos ocasiones y sino, a callar la boca. Yo pienso que si no existiera la amenaza del despido como si de la espada de Damocles se tratara, si no nos descontaran el día que hemos hecho huelga (incomprensible si es un derecho constitucional)... muchos se hubieran quedado en casa durmiendo hasta las diez. Coacción o pasotismo, que más da, el resultado es el mismo. Yo paso de los sindicatos como otros muchos, pero miro por mí y soy solidario con los demás... a mi la puñetera reforma laboral me afecta menos que a otros que decidieron lo que decidieron... sí, a esos que son fijos y que pueden despedir pagándoles 20 días por año trabajado en vez de 45 (a mí en su momento me apoquinaron 60 días, en fin, una pasta). Ayer perdí dinero pero gané dignidad, este mes comeré caviar de marca blanca, dejaré el iraní para Navidad.

Ahora sí que tengo la sensación de vivir en un país que funciona a golpe de balón.
Id a trabajar con gripe y cuarenta de fiebre, que sino el jefe se enfada y comienza a redactar vuestro despido. A mí eso no me sucederá. Y lo del despido de 20 días tampoco, aunque la empresa pierda. Esta empresa siempre pierde, creo. Me la suda la mala fama que nos otorgan, tengo la conciencia tranquila, y me metí en una guerra que no era la mía, pero para dar ejemplo y para respaldar a muchos conocidos que sé que lo están pasando mal y no pueden hacer nada. Pienso que si debo sacrificar un día de sueldo por los derechos de toda una vida vale la pena, así de sencillo. ¡Ay! Tendríamos que tomar ejemplo de griegos y franceses, aquí somos españoles para lo que queremos, y nos unimos para animar a la roja, pero punto.

Eso sí, ya llegará el momento de criticar a los sindicatos. Los trabajadores somos todos nosotros. Ellos tendrán sus motivos, sus liberados, sus subvenciones... pero la cuestión es que al margen de todo esto nos van a joder igual. Más claro, agua. Ya veremos que sucede en las elecciones, pero ya lo puedo vaticinar, baja participación y aplastante triunfo de la derecha (hablo de las municipales y autonómicas, las del 2012 ya las profetizaron los mayas: el fin). Multitud de gente opina que la huelga debería haber sido hace tres años, podemos estar en acuerdo y desacuerdo, pero yo creo que hubiera sido un calco de la de ahora, de la de ayer. Estamos entrando en una peligrosa espiral de decepción, incoherencia, desconfianza, desaprobación... hacia las clases dirigentes y nuestros representantes laborales, pero es que, señores y señoras, se lo han ganado a pulso. Hemos perdido una oportunidad de demostrar a todos ellos lo que somos, pero la conciencia de trabajador no existe, estamos en un mundo aburguesado y de apariencias, del sueño “americano”... ¡buf! Eso ya es otra historia. Corramos un tupido velo al 29-S. El tiempo les dará o les quitará la razón.




Imagen: Mi apoyo a los mineros leoneses que han conseguido con su Segunda Marcha Negra un hálito de esperanza.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sueños

Hoy he soñado contigo. Eras la única persona que venías a visitarme al hospital. Era una extraña clínica con vistas a un puerto comercial, con barcos de pabellón suizo. Embarcaciones de carga, un transatlántico y un superpetrolero, de esos que atraviesan con frecuencia el Estrecho de los Dardanelos.

Me daban de comer de manera precaria. Un simple plato de pasta con algunas aceitunas con hueso. Flaqueaba en fuerzas y me costaba realizar hasta el movimiento más sencillo y elemental. Me visitabas con frecuencia, me consolabas en aquel nido de enfermedad. Me acariciabas el rostro y te miraba impasible, sin agradecerte todo lo que hacías por mí.

Por las noches me enfundaban en una camisa de fuerza. Pernoctaba así, inmóvil, en un constante abrazo hacia mí mismo.

Tus visitas eran frecuentes, hasta que supe que lo que realmente sucedía es que trabajabas allí y que aquello era un hospital para tratar a enfermos mentales, un manicomio de los de antes, concepto que siempre habías desaprobado por ser un término peyorativo y obsoleto.

Entonces comprendí que nunca saldría de allí y que estaría toda la vida solo, muy solo, con esa gran ventana abierta a los barcos de la bahía como desesperado síntoma de fuga.



Imagen: Hospital psiquiátrico abandonado en la Sierra de Madrid.

Buenos días Sr. Ardilla

-Buenos días Sr. Ardilla ¿Hizo usted sus tareas?
-Sí señor, como siempre, como todos los días.
-Muy bien, lo tendré en cuenta.




-Lo tendré en cuenta [ESO TE LO CREES TÚ].

martes, 28 de septiembre de 2010

¡Mañana burrada general!

Mañana Burrada General contra los Burros que nos gobiernan. Contra esa caterva de burrócratas progres que no ven más allá de su hocico borriquero. Estos pollinos parecen desconocer la realidad latente, alejados en su fantástica pompa en un mundo feliz y borriquil.

Por cierto, burras gracias por conseguir que no nos quiten el descuento-residente, un "gran esfuerzo" burrocrático contra el borriquito fraguel. Un asno en todo su contexto.
Mis 70 euros se los pueden gastar ustedes (Sres. Burros y Sras. Burras) en café y en bicarbonato... o en alguna zanahoria.





*No tengo nada contra los burros, al contrario, me parece un digno animal. Ya recitaba Juan Ramón Jiménez: "Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro". Ojalá los burros del poder resultaran tan dulces (¡?).

Imagen: Burra en Llucmajor (Mallorca). Una fiel candidata a cualquier cargo político vacante, en Mallorca, en Baleares o en el Estado.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Madres

En un corto período de tiempo muchas amigas y compañeras han sido "madre". Madre. Una expresión que, a mi parecer, suena algo hosca, pero que representa en cambio la esencia de la vida. “La que amamanta”, que es lo que significa “Mater”.

Contemplo a los recién nacidos, de rostro angelical e inocente, ajenos al futuro y al cruel mundo que los envuelve. Con sus papos sonrosados se retuercen ansiosos de pecho, y braman, y fruncen el ceño anhelando el merecido alimento. Sólo el contacto con su madre les rescata de esa precaria burbuja que es “su” mundo.

Yo sé que nunca seré madre, ni podré sentir lo que una madre experimenta, o quizás no lo llegaré a comprender jamás. Ni en esos nueve meses, o en esos instantes que pueden ser horas, o en una nueva vida engendrada, una nueva vida por delante.
También pienso que nunca seré padre… lo veo lejano, como si no me fuera con esta vida.
Los guajes crecen y van tomando un cariz, una personalidad, dibujada por aquello que los rodea… o no.

Ellos son y serán sus hijos.
Nuestro alba es su amanecer. Entre lotos y cañas navega la cesta, apacible, a merced de la marea.

Miro al horizonte y sé que nunca veré a Bertina jugando con el cubito y el rastrillo en la orilla del mar. Cierro los ojos y me resigno.

domingo, 26 de septiembre de 2010

La fortuna de Suro




¡Noooooo! ¿Quién me mandó salir a tomar el fresco? No podía más; el mísero mamífero se puso a fumar una substancia maloliente. Del cigarrillo emana un olor nauseabundo. Ese pestazo se pega a la telaraña de mi guarida y casi muero asfixiado.
Pero ahora me encuentro en el tejado, al otro lado de una ventana herméticamente cerrada ¡clas! El individuo ha corrido el pestillo, me dejó abandonado a mi suerte.
Bueno, aprovecharé para tomar el sol. Ya abrirá. Con ese ambiente no podrá aguantar mucho rato. Es delicioso sentir ese calorcillo sobre el torso. Es lo que tiene el sol del otoño. Boca arriba el placer es más intenso.

De repente una sombra planea sobre mi cuerpo. Debe ser una nube, pero pasa demasiado rápido. Otra vez. Fugaz. Un golpe sordo me eleva por los aires. Caigo de bruces, con las patas hacia arriba ¿Qué sucede? Mi instinto de arácnido me comunica un “estonomegustanadadenada”.

Es hora de poner patas en polvorosa. Otro golpe y vuelvo a saltar por los aires. Esta vez he percibido una materia sólida depilando parte de mi abdomen. Es como una aguja de hueso de color azafrán… ruedo tejado abajo. Me incorporo y oteo a mi alrededor. Te veo. Maldito pajarraco ¿Crees qué uno es alpiste? Me coloco en posición de defensa. Debo afrontar el final con entereza y valor.

Observo la mancha oscura en el cielo. Se hace cada vez más grande, toma forma, escucho el graznido y percibo el olor del plumaje. La mancha se transforma en un pájaro negro con más hambre que el perro de un ciego. Dejo mi dignidad a un lado y para otra ocasión, y me arrojo al vacío, extiendo mi tela y me balanceo buscando un punto de apoyo. Ha estado cerca, muy cerca. Me desplomo sobre una superficie blanda que amortigua mi caída ¡Buf! ¡Qué asco! Intento nadar en un mar de mierda.

Totalmente impregnado empiezo a recobrar el sentido de la vida. De alpiste con patas a hez caminante. Me siento observado. Una bola brillante vigila cada uno de mis movimientos. Es de un azul intenso. Enigmática. Atrayente. Mortal. Respiro hondamente y trago saliva al más puro estilo de las arañas en apuros. Creo ver un mamífero sediento de sangre. Uno al que le gusta jugar con sus víctimas, torturarlas para después matarlas… sin piedad. Algo negruzco y húmedo me olisquea. Estoy listo.
(…)
(…)
De depredador a depredador y tiro porque me toca ¿Pero no soy yo el cazador?
Me parece sentir ya su garra fustigando mi tórax cuando una voz recorre la buhardilla como una brisa salvadora.
–¡Boni ¡Boni! ¡A comer!

De repente el felino marcha en un salto preciso y elegante.
Las arañas no sudamos pero pasamos miedo ¿Qué te crees? Huelo a excrementos pero sigo vivo. El bicho prefiere las galletas con sabor a sardina que a un servidor. Es de agradecer que un animal con un nombre tan ridículo no te devore como diversión.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sentimientos decapitados

Respiro profundamente. Esta vida en ocasiones es justa con los injustos e injusta con los justos. Respiro profundamente. Hipócritas generosos y sórdidos de buen corazón. Respiró profundamente. Manipuladores y manipulados, aquellos que lo saben, aquellos que lo desconocen... Batidores y abatidos. Ricos y pobres. Ricos de bolsillo, pobres de corazón, de cultura, de sentimientos... ¡Qué alentador! Resignados e impacientes. Faltos de amor unos, saturados de sexo otros. Valorados por la infame sociedad, invalorados por la opinión pública pero apreciados por sus amigos. Acaparadores de objetos sin razón, superfluos y lujosos, traficante de deseos... devotos de libros y cultura, portadores de deseos. Paupérrimos asesores, consejeros que no brindan con el ejemplo pero con las ideas claras, aparentemente claras. Otros que mantienen la compostura y otros que pierden la cabeza... se la hacen perder.
La mantis me dijo: "te quiero" y me arrancó la testa.



Imagen: Mantis hembra devorando al macho durante el apareamiento (foto tomada en Montuïri-Mallorca).

martes, 21 de septiembre de 2010

No me he olvidado de los mineros de San José

El rescate es más complejo de lo que parece a primera vista. Los rescates son en ocasiones más difíciles de lo que la opinión pública aprecia. Claros ejemplos son recientes casos de montañeros, abandonados a su suerte ante la desesperación de sus seres queridos, ante la imposibilidad de poder hacer algo más.
Ahora la inquietud invade la mente de los mineros. Las perforadoras funcionan, se detienen, se averían, vuelven a funcionar.
Realizar un rescate a 700 metros de profundidad es tan complicado como salvar a alguien que ha desfallecido a 4.500 metros sobre el nivel del mar. Ya dije en su momento que se deben utilizar todos los medios al alcance, cueste lo que cueste. Ahora la esperanza se personifica en una máquina utilizada para la ejecución de pozos petrolíferos. Esta perforadora petrolera es titánica, unos cuarenta y cinco metros de alta, y se estima que en un mes y medio debe cubrir la distancia que existen entre la superficie y el lugar donde se hallan atrapados los mineros.
(…)
(…)
Ha llegado… una de las perforadoras aparece ante los ojos de los mineros que, vitorean el logro con inmensa alegría. Es como un cilindro de acero, es como la mano que llega del exterior para coger a los mineros y subirlos a la superficie. Levantan los brazos, saltan, ríen… ven el final de su agonía más cerca, y quizás todavía están en el hemisferio de su penuria. Hace más de un mes que están allá abajo, donde los segundos, los minutos, las horas son un tictac sin sentido, como un tiempo de nocturnidad perpetua, como un reloj ignoto del día y la noche. Los focos son las estrellas, el agua almacenada el lago de la vida, sus latidos el tímido sonido de las agujas del cronómetro que señala su liberación… Saltan, saltan… un nuevo hálito de esperanza, una nueva bocanada de ilusión, un soplo de optimismo.
Ahora les toca trabajar, ellos ya forman parte de su propio rescate. Deberán retirar escombros, el agujero debe pasar de treinta a sesenta y cinco centímetros… una minucia a primera vista, un mes y medio de trabajo. Algo insignificante si trazamos la línea sobre un papel, algo ininteligible cuando se debe ampliar un pozo de más de 700 metros de profundidad.
Ahora deben ser pacientes, debemos ser pacientes... se abre una muy buena expectativa ante su situación ¡Ánimo!


lunes, 20 de septiembre de 2010

Querubines de mierda

Preciosos, sonrosados, perfectos, encantadores, fabulosos, tiernos, sonrientes, delicados, románticos… tocan con su respectivo instrumento la melodía que deseas oír, te embelesan con su imagen hipnótica…
Pero en el fondo son astutos, crueles, superficiales, déspotas, manipuladores, egoístas, materialistas…

Debo buscar un arma para combatir a estos querubines que encuentro en la senda de mi vida… opté por la cultura, ahora creo que necesitaré un buen palo.




Imagen: (...) tocan con su respectivo instrumento la melodía que deseas oír...(Fresco hallado en Herculano).

domingo, 19 de septiembre de 2010

Festa des Vermar

La uva muere bajo mis pies, más bien resucita, transmutándose en ambrosía de dioses. Sigo pisando y siento como el mosto acaricia mis pies descalzos. Me creo un esclavo de Dionisos… ya voy dios, preparo tu brebaje mágico, aquel que nos transforma en mejores personas, aquel que nos inicia en los caminos de la muerte. Y es que los borrachos son los que se hallan más cerca de Thanatos. Pueden percibir su aliento, pueden vislumbrar la laguna Estigia y a Caronte en su balsa repleta de almas desoladas. Estrujo con fuerza, pero también con cierto arte. Por momentos pierdo el equilibrio y creo caer e impregnarme del líquido morado. Estoy arrodillado, como invocando clemencia a mi deidad. Me levanto aún más decidido y piso sin cesar. El néctar se desprende por el caño hacia la cuba, pronto iniciará su fermentación natural, pronto podrás saborear lo que saboreó Polifemo antes de quedar ciego. El listo de Odiseo, un don nadie para el gigante. El aroma invade mis fosas nasales, delicioso ese olor a uva recién prensada. Manto negro, sangre de esta tierra. Sería un detalle al beber un sorbo deslizar unas gotitas sobre el terreno, como agradeciendo a la tierra lo que nos ha dado. Eso hacen los astures con la sidra, dicen. Sería un modo de gratitud a la fertilidad antes de la decadencia del otoño, de la marchita estación donde todo cae y muere ¿Pero quién puede despreciar una pizca de ese fabuloso líquido al que llamamos vino?
Y ya dice un refrán:
“Más vale vaso de vino en mano que bodega en fotografía”.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El retorno de Suro



Mis vecinas ya se comen cualquier cosa, que descaro. El otro día una de ellas se jalaba una polilla ¡Puag! Donde esté una carnosa y vitamínica mosca se quite ese bicho seco que sabe a papel y a ropa vieja.

Esta mañana me recreo en mi guarida ¡mmmmm! Una deliciosa lombriz o un jugoso saltamontes con sus crujientes patazas de atrás, rebosantes de chicha. Mi sistema de alimentación comienza a rugir. Necesito succionar algo ¡ya! Lamo mis heridas de guerra y me encuentro algo cansada. Me quedan seis patas como a una miserable cucaracha, pero después del lastimoso episodio con el monstruo de la absorción no me voy a dar por vencido.

Nunca he gozado de una vista de lince a pesar de mis múltiples ojos, pero allá abajo pasa algo. Esos malolientes mamíferos ya están apareándose.

Ya que se ocupan en sus menesteres es una ocasión de oro para bajar y trasladarme a una de mis trampas para desayunar. Colocadas por toda la casa mi cepo predilecto es el que se ubica en un cuadro cerca de la ventana, lugar de tránsito de cantidades y cantidades de comida. Hoy me pondré como el quico.

¡Como jadean estos malditos mamíferos! Yo sólo puedo aparearme una vez en la vida, así que el día elegido tiene que ser brutal.

Con la más absoluta naturalidad mis hileras producen mi preciado medio de transporte y muy despacio desciendo como un artista del alambre, sutil, con sumo cuidado.
Correteo con cierta dificultad hacia mi trampa para ver con espanto que ya no está. Mecachis, este tipo es más meticuloso que los anteriores inquilinos. Con aquellos era Jauja, no eran unos paranoicos de la higiene.

En fin, mi táctica trampa del cuadro ha desaparecido ¿Qué hacer? Aprovechando que los mamíferos copulan asaltaré su despensa. La reserva de alimentos se halla en un pequeño armario con varios estantes y una portezuela. Escalo hacia el ático del mueble y me cuelo por una de las rendijas de la puerta. Aquello es el Paraíso, la manduca abunda. Hay una especie de bolitas verdes… ¡ugs! Están en un recipiente infranqueable, voy a rascar… no puedo. A ver, anda, y estas bayas rojizas ¡grec! ¡grec! Están duras, no se puede succionar lo que hay dentro. Y eso que parecían termitas. Voy a subir al siguiente estante…larvas naranjas ¡mmmm! Están en un recipiente pero creo que las podré catar ¡ñam! ¡puag! ¡Qué diablos es eso! Sabe a tierra con cierta textura ¡buf! Anda, una caja de cartón, voy a meterme dentro. ¡Cras! ¡Cras! soso, soso. No sé que pinta una gallina en el envoltorio. Bichillos blancos, parecen gusanitos, vamos a ver… ¡shhhp! No tienen juguillo. Estos mamíferos no saben comer… probaremos con el dulce, aunque a nosotros los arácnidos no nos sienta muy bien el azúcar, dicen que engorda, y la verdad que ya tengo una barriga que exige una dieta equilibrada. Pero si no absorbo alimento alguno a este paso me quedaré en el chasis… ¡La madre del cordero! Todo son botes, latas y cosas incomestibles.

–Hola Suro ¿Qué haces? –me pregunta una compañera que surge de entre los botes.
–Intento comer.
–Aquí sólo hay bazofia. Ayer cacé una polilla gigante ¿Te apetece succionar un poco?
–¡Qué remedio!


*Suro volverá con el episodio "La fortuna de Suro".

jueves, 16 de septiembre de 2010

El retorno de Suro

*El sábado regresa el arácnido más famoso del blog.

El nacimiento de una Nación. Artículo conmemorativo del bicentenario de la primera Junta de Gobierno de Chile

El octogenario Mateo de Toro Zambrano y Ureta representaba sin duda a la Chile colonial, pero los avatares del destino lo convirtieron en prócer de la independencia del país andino. Hombre calificado por sus coetáneos de correcto, juicioso y honrado era cabeza de una de las familias criollas más importantes de Santiago del Nuevo Extremo, nombre como se conocía otrora la actual ciudad de Santiago de Chile.
La vida de Mateo de Toro estuve unida siempre a cargos políticos y militares de relevancia en la región y el hado, personificado en el mancillado nombre de Francisco Carrasco, quiso que ostentara el cargo de Gobernador de la Capitanía General de Chile, asumiendo toda responsabilidad sobre el territorio.

Fue desde este cargo cuando presidió la Primera Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1810. El embrión de una emancipación chilena que iniciaba su andanza. Es sorprendente que un realista como Toro Zambrano decidiera posicionarse por la autonomía de Chile. Su cargo, su buen hacer y el temor a la violencia que se palpaba en el ambiente lo convencieron para presidir esta junta al lado de otros hombres como el obispo José Martínez de Aldunate, Gaspar Marín, Gregorio Argomedo, Márquez de la Plata, Enrique Rosales, Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Javier de Reina. Miembros de la aristocracia criolla, militares oriundos de la metrópoli en una situación límite, políticos e intelectuales de la recién creada Patria, conocida con el paso de los años como la “Patria Vieja”.

Esta Junta de Gobierno se amparaba en los hechos que acaecían en el lejano reino. Invadida España por las tropas de Napoleón y substituido el legítimo rey por el malogrado Pepe Botella, las colonias entendieron que debían gobernarse así mismo, tomando medidas autónomas. En el caso que nos interesa la Junta convocó un Congreso, amplió el número de tropas ante una posible amenaza externa, defendió el librecambismo y estableció relaciones con la Junta de Buenos Aires, creada el 25 de mayo de 1810. Estas pautas definían el objetivo de la emancipación total, pues se observan tres pilares fundamentales como son el control del ejército, el enriquecimiento económico que favorecía a la nobleza comercial eliminando los aranceles borbónicos, así como los primeros pasos hacia el autogobierno convocando un Congreso integrado por miembros de todos los distritos de la Capitanía General. Enzarzados en la figura del monarca, las misiones enviadas por la Junta Central Suprema de la metrópoli no fueron bien recibidas, hecho que ya hacía pensar en una serie de intenciones libertadoras. El encabezamiento de la convocatoria del Primer Congreso Nacional de Chile con fecha del 15 de diciembre de 1810 rezaba:

“Las desgraciadas ocurrencias de la Península, su ejemplo i el de las provincias vecinas, obligaron a la capital de este reino a formar un gobierno provisional que precaviese el riesgo en que se hallaba de ser separada de la dominacion de su amado soberano, el señor don Fernando VII, o por sorpresa, o por intriga”

[Transcripción original].

Pronto se asentaban las bases de una elección elitista y una democracia bastante selectiva. Cabe decir que los indígenas ni pinchaban ni cortaban en la nueva situación política de Chile.

Esto fue el génesis de un período que abarcó trece años de historia, plagado de luchas intestinas; la restauración por parte de la remota España del poder ante la desilusión de José Miguel Carrera; la reconquista de la emancipación en una etapa de sangre, sudor y lágrimas, donde jugaría un papel importante el caudillo libertador San Martín, que se convertiría en héroe en la batalla de Maipú (1818) junto al omnipresente O’Higgins al derrotar a las tropas realistas.

El camino hacia la independencia de Chile estaba abierto.

Se abre aquí un período de leyenda negra enmarcado por el gobierno autocrático de O’Higgins, la marcha libertadora del Perú y la guerra abierta hacia los montoneras, bandoleros realistas e indígenas que se dedicaban al pillaje en las zonas rurales del país. Este período denominado “Patria Nueva” se cierra el 23 de enero de 1823, cuando O’Higgins, envuelto en cierto manto de sospechas y con un estado al borde de la guerra civil, abdica. La nueva Chile se levantaba con una guerra entre patriotas en el horizonte, destacando la figura de Portales como organizador del recién creado estado.

Lejos quedaba quizás la romántica conspiración de los "Tres Antonios" acaecida en 1780 a raíz de la independencia de los Estados Unidos. Un motín que abogaba por la República en sustitución de la Monarquía, incluyendo a los araucanos en el gobierno, aboliendo la esclavitud y la pena de muerte y defendiendo la desaparición de las jerarquías sociales. Un mundo ideal en un mundo corrompido y controlado por los poderosos y ricos comerciantes, que al fin y al cabo se repartieron el pastel de la emancipación chilena.




Imagen: "El abrazo de Maipú entre O'Higgins y San Martín" del pintor chileno Pedro Subercaseaux Errázuriz.

-¡Gloria al salvador de Chile!
-Chile jamás olvidará su sacrificio presentándose al campo de batalla con su gloriosa herida abierta.

Road to Asturias

Atrás queda el paisaje parduzco y seco de la ancha Castilla. Las curvas comienzan a ser frecuentes, meandros de un río de asfalto… paso un largo puente y se inicia la escalada hacia la Cordillera Cantábrica, que aparece en el horizonte como un dragón dormido, con su bruma, acariciando el torso de la criatura yacente. Pago el peaje. Pronto se dibujará el orificio del Negrón, ese largo túnel de 4.144 metros que separa dos regiones, dos mundos, dos climas, dos culturas… Tras el Negrón resurgirá la niebla; la humedad, que empañará el parabrisas; el cielo encapotado; el perenne orbayu; el verde moteando las montañas; los bosques frondosos, guarida del oso pardo. Resurgirán las casinas de tejados a dos aguas, las vacas cobrizas en el "prao", los chigres en la carretera y el ensordecedor rumor de los riachuelos…
Más allá se extiende el encabritado océano.




Imagen: Las "vaques" en el "prao" (Taramundi).

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Oficios sin beneficios

Siempre me he preguntado si el barrendero al llegar a casa barre,
si el cocinero cocina o si el sastre cose.
No lo sé con certeza, pero lo que si sé es que algunos ni barren, ni cocinan, ni cosen, viviendo en la eterna iluminación. Mucha gente aspira a eso.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Las aventuras de Suro

Aquella noche apenas pegué ojo. Había sido una noche dura, de espera. Pacientemente durante días había tejido la trampa, pacientemente había aguardado alguna presa apetitosa.

Otra vez en ayunas me disponía a recogerme en mi rincón cuando un ensordecedor ruido activó mi sistema nervioso al completo. Mis extremidades temblaron y mi invertebrado cuerpo se agitó nervioso. La pelusa de mi torso se erizó por instinto. Me aferré miedosa a la pared blanquecina. El ruido iba in crescendo. A cada segundo aumentaba. El murmullo se había convertido en vendaval, aquel repelente estruendo era cada vez más fuerte.

Entonces apareció la boca del monstruo. Sin dientes, alimentándose mediante absorción y rugiendo a cada sorbo. Mi trampa se volatilizó al instante. Creí sentirme atrapada, pero por una extraña razón las fauces se alejaron hacia abajo, como buscando alimento a ras del suelo. Observé su cuello rígido, conectado a un pseudópodo flexible, de aspecto gomoso, y en la parte inferior su titánico cuerpo, cuadrangular, emitiendo un aire caliente y surgiendo de sus tripas hambrientas ese estrepitoso rumor, síntoma de una criatura voraz.

Era hora de huir y corrí desesperadamente hacia arriba. Allá abajo bramaba el monstruo. Corrí hacia mi refugio, allí estaría segura. Entonces sentí aquel aliento infernal en mi trasero. Me aferré con fuerza a la superficie vertical. Encogí el abdomen y pude sentir la fuerza de la aspiración sobre mi cefalotórax. Clave las uñas con más vigor todavía. Milagrosamente pasó sobre mí y decidí escupir mi seda y deslizarme hacia el suelo. Estaba demasiado nerviosa para que mis glándulas funcionaran a la perfección. Sentí una contracción y de repente me escurría colgando de un hilo terso. Correteé por la superficie plana con cierta dificultad. Corrí hasta sentir los latidos de mi corazón golpear con estruendo todo mi cuerpo.

Pero era demasiado tarde. Me sentí volar, mis patas no tocaban el suelo y me desplazaba descontrolada en el aire girando sobre mí misma. Percibí el calor y me encogí con destreza. Atravesé aquella boca sin dientes, dotada de unos pelillos desagradables, y me sumí en la oscuridad de una garganta profunda. Fue todo muy fugaz. Llegué al estómago en apenas un segundo y allí estaba dando vueltas entorno a algo semejante a mis mortíferas trampas… pero en la tripa de un ser desconocido. Todo zumbaba a mi alrededor, y toda clase de partículas giraban conmigo, incluso mis primos hermanos los ácaros estaban allí, los oía gritar de pavor. Entonces me encajé en aquella tela entramada, me sentía como una de mis víctimas. No quería imaginar que me pasaría a continuación. Respiré hondamente y moví los pedipalpos para intentar desembarazarme de aquella diabólica envoltura… aquel zumbido, aquella aspiración huracanada me mantenía pegada y tiesa sobre la fáctica trampa.

El ruido cesó. Intenté despegarme y lo conseguí. Me arrastré entre el polvo, trocitos de papel, restos de comida seca, una pipa de girasol, una extraña forma de metal (un clip) y los deliciosos cadáveres de dos moscas. Mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Abatida me cercioré que tenía el cuerpo lleno de magulladuras. Había perdido dos patas, pero bueno, todavía estaba viva y me quedaban seis. Cuando consiguiera salir de allí la vida sólo sería un poco más dura.



Imagen: Suro nace como un bicho que tendrá que sobrevivir a las inclemencias en una buhardilla habitada por un humano hostil.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Las perforadoras golpean la tierra, los balones golpean los corazones desconsolados

[A los 33]

Las perforadoras parecen avanzar, arañando día a día un poco más aquel terreno pedregoso y desértico. Mientras tanto los mineros son abastecidos de alimentos, medicinas... y algo más: mensajes de ánimo y solidaridad, alientos de fuerza e ilusión. En ese involuntario encierro, bajo tierra, son alentadoras para combatir la desesperación y la inquietud, las misivas más extraordinarias.

A parte del cariño de las familias, gestos como los del jugador David Villa se clasifican de excelentes. Oriundo de Tuilla, en el concejo de Langreo, en plena cuenca minera asturiana, y descendiente de tan azaroso oficio, el futbolista ha demostrado con un bello acto su porte de embajador de la esperanza. Yo sé, y a raíz de la afición existente en Chile por el deporte rey, que esta camiseta firmada por El guaje incrementará la moral de los mineros atrapados, y ayudará a superar esa constante depresión en la que se encuentran permanentemente sumidos. A ello, cabe sumar el partido que pudieron visionar el otro día, un Chile-Ucrania que dejó cierto sabor agridulce, pero que seguro hizo olvidar durante noventa minutos la agónica situación en la que viven.

Y es que dicen que el fútbol es una válvula de escape para millones de personas en el mundo. El fútbol hace olvidar durante momentos la cruda realidad, y nos concentramos tanto en unos colores, en un balón... que arrinconamos todos nuestros miserables problemas y disfrutamos. Ciertamente esto es discutible, y podrían correr ríos de tinta entorno a este tema, pero no es aquí cuestión el discutir si el fútbol es el opio del pueblo, si pan y circo, o que mientras vemos un partido importante aprueban la Ley de la Reforma Laboral sin ni siquiera importarnos.

Yo creo que ese balón de oxígeno, sí, digo balón, los mineros lo agradecen... profundamente, seguro... ellos debieron disfrutar con su selección en el Mundial, y más de uno desea ferviente volver al estadio donde gozar con los goles o sufrir con la derrota de su equipo, de los colores que lo obsesionan, que lo catapultan a un mundo de ensueño donde impera el olor a césped mojado y el ruido sordo que emite el balón al ser pateado con fuerza.

La verdad que existen otros muchos modos de animar a los mineros... pero si el fútbol es su pasión, fútbol por favor. Me trae sin cuidado que los de la liga anti-fútbol piensen lo que piensen, y crean que estamos como hipnotizados por este deporte o crean que es algo que afecta al intelecto o crean que los que vemos a veintidós tíos sobre un terreno de juego detrás de una pelota somos tontos. Yo también veo más allá del fútbol. Pero el fútbol levanta pasiones (y genera violencia dicen), pero el fútbol ayudará un poco más a que los 33 no pierdan la esperanza, allí, a 700 metros de profundidad, y como ya dije, en las entrañas de la tierra, a unos pocos pasos del Infierno.




Imagen: Un gol a favor de la esperanza.

Voz distante

En tres meses tu voz retumbó extraña,
como la de una desconocida
con su pegadizo acento,
con su tonillo norteño.

Era triste, apagada,
distante de aquella voz alegre y divertida.
Poco a poco me familiaricé
y comencé a recordar cada uno de esos sonidos,
haciendo un esfuerzo para dibujar tu rostro
en la oscuridad de la habitación.

Distorsionada por el micro del teléfono,
ligeramente mecanizada
por los cientos de kilómetros y esas ondas
invisibles, de ese mundo inmaterial,
el cual, me es difícil recrear o entender.
Pero era tu inconfundible voz.

Era esa voz que me cubría de lisonjas,
aquella que escuchaba a escasos milímetros
de mi oído.
Era aquella de la que sentía su olor
y en ocasiones su sabor.

Ella viajaba, tú quedabas en aquel remoto lugar.
Estiro los brazos buscando tu cuerpo,
pero tienes una extraña forma,
tus labios son orificios a la nada,
tu tacto el plástico caliente del interfono.

Respiro profundamente y me resigno,
un botón apaga tu voz hasta la próxima,
si es que hay próxima.





Imagen: Mariposa en los jardínes del Palacio de Sansoucci en Postdam. ("Ella viajaba, tú quedabas en aquel remoto lugar").

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Artificio. Arriba el telón.

[A los 33]

Algunos medios ya comienzan a hacer hincapié en el coste económico o en el papel demagógico-populista que el gobierno chileno está haciendo sobre el asunto de los mineros de San José.

Ya empezamos a especular con los números, las cifras, los votos, las mentiras, ... la sempiterna cortina de humo, ocultar con una noticia rimbombante la cruda realidad que se esconde en unos salarios paupérrimos, unas condiciones laborales roñosas, una clase dirigente que explota sin escrúpulos. A ello podemos sumar otras situaciones que se viven en el país andino, cubiertas con la sábana del patriotismo, con la manta del melodrama minero.

No por ello resto la importancia a los mineros atrapados tras un derrumbe causado por la inaptitud y tacañería de los empresarios de la minería chilena. Son vidas humanas, y ajeno a la vida privada de cada uno de ellos, son vidas humanas que deben salvarse cueste lo que cueste, porque la vida de un hombre está por encima de cualquier precio, cualquier objeto valioso, cualquier obra de arte... la vida es el mayor de los tesoros que atesoramos, válgame la redundancia, y debemos luchar por ello cueste lo que cueste.

Pero es cierto que alrededor de este dramático episodio existe un tufo a humo, al humo que conforma esa cortina que no nos quiere dejar entrever lo que pasa al otro lado; la otra realidad chilena. Una cortina que difumina la vista de aquellos que nos encontramos en el resto del mundo, e incluso del mismísimo Chile; una cortina que mitiga la verdad del asunto y la verdad de la situación socio-económica de uno de los estados más característicos de Sudamérica.

A mí me da igual que uno de los mineros sea un alcohólico empedernido u otro se deje el jornal jugando a las cartas o al dominó. Me da igual que se impregne todo con cierto pseudo-patriotismo o impere el santoral untando todo de una religiosidad ciertamente empalagosa. Me importa la vida de esos hombres y punto. Me importa la vida de esos hombres dejando a parte ese espectáculo mediático o ese “Show de la Mina San José”.
Me importa que sobrevivan a esa catástrofe, que lo único que evidencia es el interés y el beneficio de unos pocos por encima de todos. Hay gente a la que no le incumbe despedir de un plumazo a varios trabajadores (que representan hombres, vidas, familias) en beneficio propio, regocijándose en una burbuja de placer, amistad y “buen rollo”. Tan despreciables e hipócritas son. Hay gente que a la que no le importa que la muerte de unos mineros le aporten cuantiosos beneficios pagando pólizas de seguro miserables (la vida de una persona metamorfoseada en una cifra con muchos o pocos ceros ¡qué más da!). Esto es lo que un amigo mío denomina “terrorismo laboral”. Podría existir leyes internacionales que condenaran estas despreciables situaciones, como la de los niños de la India que cosen balones de fútbol de una conocida marca... y hablando de antiterrorismo, recordar a esos mapuches en huelga de hambre tras ser condenados por la ley antiterrorista engendrada bajo la dictadura de “yasabemosquién”. Prometo investigar más sobre este tema y escribir una entrada.

Pero señores, estamos en el mundo de la manipulación mediática... ¿héroes?
Ya lo dije en la primera entrada que escribís sobre los 33. Y si pienso que se ha montado un circo, donde los políticos de turno se vanaglorian con su entusiasta bien hacer, este pensamiento me lo reservo. Me lo guardo para mí mismo para cuando los 33 mineros escapen de ese infierno y salgan a la superficie, entonces hablaremos, hablaremos claro.

Un abrazo desde España a todos los chilenos.




Imagen: el espectáculo puede acabar como los guiñoles, palos para todos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Cartas a Paulo (7 de septiembre 2763 Ab Urbe Condita)

Salud Paulo,

Hoy jugué al juego de las vidas. Ella me enseñó. Me senté en un banco a la hora nona y observé a todo aquel que paseaba por la calle.
Un anciano con camisa rosa y peinado juvenil, un jubilado que vive su segunda juventud, alocada, con la catarsis del trabajo cumplido, con la emoción de planear una excursión del Imserso con sus vendedores de mantas y todo.
Un poligonero con moto trucada, un quillo con problemas o quizás no, eligiendo el camino más fácil y sencillo, vivir de instintos.
Una chica algo presumida que camina mirándose en cada uno de los escaparates que encuentra a su paso, presumida pero de caminar inseguro y tímido, mujer de espíritu engreído pero de sentimientos vacíos.
Otra moza con uniforme de trabajo, parece dudar a cada zancada, seguro que duda a cada palabra que pronuncia a la hora de querer venderte una de esas cafeteras pijas que están de moda.
Una rubia teñida de paso acelerado, ya mayorcita, llega tarde para dar de comer a sus retoños.
Un tipo bien vestido, con traje y móvil… seguro que es un empresario cabrón dispuesto a acabar con la vida feliz de algunas familias a consta de su mísero bienestar. A lo mejor me equivoco y es un pobre trabajador de la tienda de los triángulos (coño, el Corte Inglés) o el representante de una compañía de teléfonos (ya han pasado los viejos tiempos en que se vendían enciclopedias del saber, la Wikipedia ha acabado con esa clase de bicho ambulante).
Un hombre obeso, de frente sudorosa, el calor parece castigarle más que a un servidor, en su ceño fruncido se refleja una perpetua maldición hacia el astro-rey.
Una niña corriendo con bolsas de Bershka y Stradivarius… las compras se alargaron, mamá espera en casa, así como el Facebook y el Messenger.
Una chavala preciosa, de esas que miras dos veces y tres, podrías clasificarla como el amor de tu vida pero también como un ser de apariencia que nunca te mirará a los ojos, superficial y egoísta.
Una pareja de estudiantes, al menos llevan carpetas de la Universidad de este desolado islote… él puede tener un futuro prometedor como político corrupto, ella parece más serena, más segura, más práctica… pero sin saber realmente lo que quiere… quizás le espera concursar en un “reality show”.
Oh, Paulo, es un juego muy imaginativo, pero muy difícil de jugar frente al espejo.







Imagen: Oh, Paulo, es un juego muy imaginativo, pero muy difícil de jugar frente al espejo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

La "Milagrosa"

“Ten fuerza, falta poco para salir” dijo el padre de uno de los mineros. Según el último pronóstico, a principios de noviembre los mineros atrapados en San José podrían volver a casa, sanos y salvos.
Gracias a las nuevas tecnologías, los mineros tuvieron la oportunidad de hablar con sus seres queridos. Fue esto, la verdad, una inyección de moral, una bolsa de oxígeno a un alma torturada, un hálito de vida que viajó gracias a la fibra óptica... Los familiares contemplaban la pantalla con serenidad, emoción... allí aparecía papá, con el interfono en la mano, con el rostro contraído en una mueca de palpitante alegría, entremezclada de angustia y hambre de abrazos y besos. Lo observo besando el teléfono, acariciando ese plástico caliente de orificios esperanzadores. Una videoconferencia con conexión desde el mismísimo infierno.

“La Milagrosa”, mote cariñoso que recibe la recién llegada perforadora, ya está en el campamento “Esperanza”. Esta máquina, de apariencia infernal, es posible que traiga a los mineros a la superficie... se alzará como un monstruo metálico de bondadosa actitud. Es como si el Kraken, en vez de devorar marinos, se dedicara a salvarlos de una muerte segura en las profundidades del océano. Este engendro de acero, que trepana y remueve la tierra, despacio, evitando las fallas geológicas, arribará a su destino, con toda seguridad. El rugir de su movimiento alertará a los de allá abajo que el fin de sus penurias está cerca... ánimo muchachos, pronto escucharéis con gozo el bramido del monstruo, sentiréis su aliento salvador.

Un abrazo para los mineros, sus allegados y todos aquellos que luchan día a día para que estos hombres regresen al mundo de los vivos.


domingo, 5 de septiembre de 2010

Palabras de Endiku

Que vacías son las conversaciones de algunos profesionales: trabajo, trabajo, trabajo. Superfluidad...
Que vacías son las conversaciones de algunas personas, sin sentido, vulgares...
¿Qué clase de mundo es éste dónde imperan la falsedad, la "belleza" y lo material? Banal mundo de personajes fútiles, engreídos…
Un maldición sumeria rezaba:
“que los borrachos empapen tu vestido de fiesta con vómitos”.
No hace falta beber para vomitar sobre estas personas.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Paul y España

Hoy juega España, pero creo que muchos ya se han olvidado en esa aparente afición o sentimiento de euforia pasajera. Ya nadie se acuerda de Paul y sus comederos proféticos, de su carácter de pitia, de sus gloriosos designios ¿Paul es un pulpo? ¡Ja! Sí muchachos (y muchachas), le hemos otorgado la nacionalidad española que ostenta con orgullo. Creo que ha vuelto a adivinar quien ganará en el próximo encuentro ¿Contra quien juega España? Liechtenstein. Bueno, creo que la mayoría no saben donde esta eso... pero seguro que son buenos ¿verdad? No tanto creo, sólo han ganado dos partidos oficiales en toda su historia, contra China y contra Azerbaijan. Pero las estadísticas pueden engañar... yo estoy tranquilo, en cambio, porque Paul ha predicho la victoria. Ahora veremos por cuanto.



Imagen: Paul posando con el pasaporte español en el aeropuerto de Berlin-Schönefeld.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La vela


Su tremolar me hipnotiza. Su tembleque destructor me mantiene tenso. Su llameante calor me regocija en la fría noche. Su flamante luz logra que no me sienta solo en la oscuridad. Escucho su crepitar. Percibo el olor a cera que se transforma en fluido ante el baile mortal de la llama, que va abriendo su espacio, como si necesitara consumir más oxígeno para vivir, más libertad de movimiento. Danza, danza. Miro el azul intenso de la médula de la diminuta flama. Se derrite, se precipita inexorable hacia su fin... Cuan cruel es la existencia de una vela. Pronto la llama se ahogara en su propia cera, en unos postreros centelleos, como gritos de auxilio. Pronto se apagará para siempre, expirará, dejando un hilillo de humo negro que trepará hacia el techo en un suspiro de muerte.

lunes, 30 de agosto de 2010

Mañanas monótonas

En los últimos meses las mañanas del sábado son monótonas. No son esas mañanas largas, de resaca, dolor de cabeza y estómago revuelto; recuerdo atroz de una noche extraña, divertida y especial.
Son mañanas de sol, café con leche, cremadillos, periódico y tertulias. Son mañanas de mercado, pueblo y paseo. Son mañanas apacibles y de gozo.
¿He dicho monótonas? Las tostadas crujen como las hojas de los libros, esos que devoro tras el desayuno, inmerso en nuevas experiencias y mundos por conocer ¿Quién dijo que las mañanas de sábado son monótonas? ¡Caramba! Como cambia todo.

Despertar

Cuando abrí los ojos te vi tumbada boca arriba, con los brazos sobre la cabeza, como una odalisca en posición permanente de provocación. Pero tus ojos estaban cerrados, tus labios sellados, tu rostro serio... dormías profundamente, con la camiseta recogida descubriendo tu bello vientre, suave de tacto, de sabrosa sapidez a la crema hidratante de la noche anterior. Brillaba el aparente diamante violáceo sobre tu ombligo. Tu tez continuaba serena, apacible... allá despanzurrada, como una gata confiada, segura en el lecho en el que duerme.
“¡Pse! ¡Pse!”. Poco a poco retornas al mundo de los vivos. Frunces el ceño y una protuberancia en forma de arruga aparece en tu entrecejo. “¿Un café?” . La respuesta es un intenso bostezo y un tímido “sí”.

viernes, 27 de agosto de 2010

Una partida de dominó a 700 metros de profundidad...

[A los 33]

Hoy por la mañana, mientras desayunaba, veía las noticias. El telediario (noticiario) se iniciaba con las primeras imágenes del refugio de los mineros de San José, descamisados, sudorosos y muy delgados. Hablaban a la cámara, saludaban y se observaba cierto atisbo de regocijo en sus demacrados rostros. Algunos sonreían tímidamente, otros con más descaro, moviendo la mano en un saludo a aquellos que nos hallamos aquí arriba, expectantes, un saludo natural, involuntario, que siempre surge de nuestro alma al ver que una cámara de televisión nos enfoca... en este caso el saludo tiene un significado más amplio, dirigido a las familias, como rezando: “hola, estoy bien, pronto estaré con vosotros”.

Han explicado como los sacarán de allí, subrayando que las tareas de rescate durarán un período de al menos tres meses. Bueno, como dijimos con anterioridad, paciencia. Preocupados por la salud, sabemos que ahora se presenta como un problema, pero ya están recibiendo ayuda en forma de alimentos y medicamentos.

Quizás la mayor de las dificultades reside en la salud mental, soportar una situación de estas características es inimaginable (yo no quiero ni imaginármela). Es una situación ciertamente agónica, desesperante...
La cámara ha realizado una panorámica sobre el refugio, una oquedad penumbrosa, donde sobresale una mesa (o algo parecido) en el centro, de color ocre o rojo. El foco de la videocámara puede engañarnos, nunca reproduce los verdaderos colores. Sobre la mesa unas fichas, esparcidas, colocadas... son piezas del dominó. Entonces el cronista dice tan tranquilo: “los mineros están bien, pasan el tiempo jugando al dominó”. Bueno, me ha impactado, ellos allí, tan serenos, matando el tiempo jugando a tan popular juego, desarrollando el talento en colocar una pieza tras otras, correlativas, intentado ahogar al oponente, cerrando o dominando la partida con la última de las fichas.

No quiero divagar. No quiero pensar como deben sonar las fichas sobre el tablero, al colocarlas, en aquel apartado lugar ¿Apartado? Recóndito lugar más bien. Un sonido hueco. “Pito-seis; me doblo; seis-cuatro; me vuelvo a doblar; a cuatros; paso; paso; cuatro-tres; paso; tres-pito; pito-dos; me doblo; dos-blanca; hala, se acabó...”. ¡clas!
En cierta manera, esto me tranquiliza... esto me da a entender que ellos asumen la situación, que saben que es cuestión de tiempo... la revancha en el bar, compañeros, cuando juguemos al dominó en una mesa de madera, con unas cervezas, más concentrados, sosegados, con la luz del sol filtrándose a través de las ventanas del local, liberados.



Imagen: la revancha en el bar, compañeros, cuando juguemos al dominó en una mesa de madera, con unas cervezas, más concentrados, sosegados, con la luz del sol filtrándose a través de las ventanas del local, liberados.

martes, 24 de agosto de 2010

Crónica de un rescate anunciado. Paciencia

Ahora ¿Ya podemos respirar tranquilos? Ahora debemos tener paciencia. Quizás para Navidad ellos volverán a casa, con los suyos, a descansar, a superar ese traumático episodio, propio de la negligencia y de la falta de escrúpulos de unos que hacen llamarse salvadores de la Patria. Pero no es todavía el momento de pedir responsabilidades o de exigir explicaciones, es el momento de centrarse en el rescate y de sacar con vida a esos treinta y tres hombres, es lo que merecen, es lo que merecemos... los impropios para cuando ellos estén sanos y salvos en la superficie. Espero que algunos eviten baños de multitudes o muestras de personalidad mesiánica, espero que sólo se concentren en la vida y la decencia de los rescatados... lo pido de todo corazón. Ahora deben ser atendidos y se debe mantener su estado de ánimo al máximo, el encierro va a ser largo y necesitan todo nuestro apoyo, principalmente el de la familia, pero también el de todos nosotros.

He visto las primeras imágenes de los mineros. Las primeras imágenes de la cámara montada en una sonda, descendiendo por el profundo, profundísimo, insondable agujero... descendiendo a los abismos, por esa herida perpetrada a la Madre Tierra para rescatar de sus vísceras a treinta y tres trabajadores. Sinceramente, decir, que me he emocionado al ver el rostro de uno de ellos ante la cámara. La imagen difuminada va tomando forma, y de repente se dibuja un rostro, unos ojos, una mirada, curiosa, implorando ayuda, satisfecha... son los rasgos de Florencio Ávalos, jefe de mina, cuya vida ha cambiado bruscamente desde aquel 5 de agosto.

Han hablado por teléfono, proclamando a gritos: “Viva Chile”... la moral es ahora alta, muy alta. Ni oscuridad, ni sed, gracias a las infraestructuras allá existentes, pero si hambre, mucha hambre...
Estad tranquilos muchachos. Lentos pero constantes. No evaluemos los riesgos, seamos positivos, seamos optimistas. Yo quiero que vuelvan a casa, anhelo que lo consigan, y creo que lo van a conseguir. Me agradaría saber que vosotros, los lectores, creáis lo mismo, como una verdad absoluta. No estáis solos mineros.




Imagen: y de repente se dibuja un rostro, unos ojos, una mirada, curiosa, implorando ayuda, satisfecha...

lunes, 23 de agosto de 2010

Una nota de esperanza, escrita en rojo, el amor por la supervivencia.

[A los 33]

En las entrañas de la Tierra, a dos pasos del mismísimo Infierno se encuentran treinta y tres hombres, vivos de milagro dicen, vivos en su resistencia y en su natural ansia de sobrevivir, proclamando: “estamos bien en el refugio los 33”. Vivos en su fe, en el amor de retornar a besar fervorosos a sus mujeres, de abrazar a sus hijos, de volver a compartir momentos junto a sus amigos... de volver a saborear la "cola de mono", de volver a sonreír contemplando los Andes imperecederos.

La noticia llegó como un soplo de aire fresco en una tarde calurosa, llegó como la paloma de Noé, con su ramita de olivo en el pico, llegó como la resurrección de Lázaro, llegó bajo la forma de una nota de papel ajada donde los mineros garrapatearon un mensaje de esperanza en letras rojas y torpes, pero portadoras de un afán, de una lucha por regresar al mundo de los vivos. Un mensaje pegado al hierro de una perforadora, único testigo de que ellos todavía siguen con vida, allá, abajo, en el estómago de la montaña, en lo que parecía ser su segura sepultura.

Esa nota ha sido vista ya, hoy, por todo el mundo. Ha conseguido que la gente se aglomere frente al televisor, juntos, unidos aún más, con lágrimas emotivas en sus ojos, pasionales, clamando al Cielo con millones de gracias, de muchas gracias... abandonando ese estado de aflicción que tantos días han llevado consigo, como una losa pesada, como un incómodo compañero de viaje que ahora despiden con la esperanza de no volver a ver jamás. Berrean los claxon de los automóviles por la ciudad, por los pueblos, por los campos... las sirenas de los bomberos toman voz, las estridentes sirenas de murmullo metálico y bocinero se transforma en música milagrosa, en música celestial, vaticinando que treinta y tres vidas se han recuperado. Repican las campanas de todas las iglesias de Chile, congregando a los fieles, fieles a la vida y a la justicia. Bailan, suben, bajan, con sus rígidas faldas de bronce... ¡Las campanas de la alegría! ¿Por quién doblan las campanas? Preguntaría Hemingway... hoy doblan por la vida de unos hombres, feroces, que se han resistido a morir, que se niegan a perder toda ilusión, orgullosos de querer volver a admirar el azul, el rojo y la estrella.

Ahora hay que ser pacientes... los treinta y tres saben que toda una nación están pendientes de ellos, que no han sido dejados a su suerte, y que los esfuerzos son máximos para que ellos salgan de la penumbra, de esa situación angustiosa de ser enterrados en vida. Respiran un aire pesado, seguro, un aire que ha pasado de la pesadumbre de la muerte al anhelo de la vida. Entumecidos, agotados, sudorosos, con sus ojos acostumbrados a la oscuridad total... pero sabiendo que pronto, quizás en meses, pero pronto, meses que parecerán años ¿Cómo debe transcurrir el tiempo en semejante escenario?

Pronto sentirán esa brisa en su agrietada piel, pronto se alimentarán en amplias bocanadas de oxígeno, sentirán el agua deslizarse por sus poros mohosos, sentirán el calor y el cariño de sus seres más cercanos, de sus compañeros, de sus conciudadanos, de todos los trabajadores del planeta, de todos aquellos que todavía conservan cierto resquicio de respeto y dignidad.

Y por favor pido. Si un drama de este calibre acaba en final feliz, en el alboroto, en la sonrisa de todos... se deben tomar medidas drásticas para evitar que algo así suceda de nuevo. Los intereses de unos pocos no pueden prevalecer por encima de la vida de unas personas que día a día dejan su piel, dejan su pellejo... es lamentable que tengamos que experimentar estas convulsiones en el corazón, este sabor amargo, este desprecio que algunos hombres sienten por otros, fundamentando sus caprichos materiales en la explotación discriminada de los necesitados, de aquellos que debemos afrontar lo cotidiano como la aventura más grande jamás escrita.

Los treinta y tres trabajaban en las entrañas de la Tierra, a unos pocos pasos del mismísimo Infierno, cerca de la caverna que alberga a Cerbero, seguro, con sus tres cabezas: la hipocresía, la explotación y la falta de humanismo. Los treinta y tres viven allá abajo, viven, sí, y pronto volverán a estar entre nosotros, muy pronto.

Un hálito de ánimo desde el otro lado del océano.




Imagen: la nota de la esperanza.