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viernes, 3 de septiembre de 2010

Paul y España

Hoy juega España, pero creo que muchos ya se han olvidado en esa aparente afición o sentimiento de euforia pasajera. Ya nadie se acuerda de Paul y sus comederos proféticos, de su carácter de pitia, de sus gloriosos designios ¿Paul es un pulpo? ¡Ja! Sí muchachos (y muchachas), le hemos otorgado la nacionalidad española que ostenta con orgullo. Creo que ha vuelto a adivinar quien ganará en el próximo encuentro ¿Contra quien juega España? Liechtenstein. Bueno, creo que la mayoría no saben donde esta eso... pero seguro que son buenos ¿verdad? No tanto creo, sólo han ganado dos partidos oficiales en toda su historia, contra China y contra Azerbaijan. Pero las estadísticas pueden engañar... yo estoy tranquilo, en cambio, porque Paul ha predicho la victoria. Ahora veremos por cuanto.



Imagen: Paul posando con el pasaporte español en el aeropuerto de Berlin-Schönefeld.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La vela


Su tremolar me hipnotiza. Su tembleque destructor me mantiene tenso. Su llameante calor me regocija en la fría noche. Su flamante luz logra que no me sienta solo en la oscuridad. Escucho su crepitar. Percibo el olor a cera que se transforma en fluido ante el baile mortal de la llama, que va abriendo su espacio, como si necesitara consumir más oxígeno para vivir, más libertad de movimiento. Danza, danza. Miro el azul intenso de la médula de la diminuta flama. Se derrite, se precipita inexorable hacia su fin... Cuan cruel es la existencia de una vela. Pronto la llama se ahogara en su propia cera, en unos postreros centelleos, como gritos de auxilio. Pronto se apagará para siempre, expirará, dejando un hilillo de humo negro que trepará hacia el techo en un suspiro de muerte.

lunes, 30 de agosto de 2010

Mañanas monótonas

En los últimos meses las mañanas del sábado son monótonas. No son esas mañanas largas, de resaca, dolor de cabeza y estómago revuelto; recuerdo atroz de una noche extraña, divertida y especial.
Son mañanas de sol, café con leche, cremadillos, periódico y tertulias. Son mañanas de mercado, pueblo y paseo. Son mañanas apacibles y de gozo.
¿He dicho monótonas? Las tostadas crujen como las hojas de los libros, esos que devoro tras el desayuno, inmerso en nuevas experiencias y mundos por conocer ¿Quién dijo que las mañanas de sábado son monótonas? ¡Caramba! Como cambia todo.

Despertar

Cuando abrí los ojos te vi tumbada boca arriba, con los brazos sobre la cabeza, como una odalisca en posición permanente de provocación. Pero tus ojos estaban cerrados, tus labios sellados, tu rostro serio... dormías profundamente, con la camiseta recogida descubriendo tu bello vientre, suave de tacto, de sabrosa sapidez a la crema hidratante de la noche anterior. Brillaba el aparente diamante violáceo sobre tu ombligo. Tu tez continuaba serena, apacible... allá despanzurrada, como una gata confiada, segura en el lecho en el que duerme.
“¡Pse! ¡Pse!”. Poco a poco retornas al mundo de los vivos. Frunces el ceño y una protuberancia en forma de arruga aparece en tu entrecejo. “¿Un café?” . La respuesta es un intenso bostezo y un tímido “sí”.