AHORA UNIDOS MÁS QUE NUNCA 15-M DEMOCRACIA REAL YA

sábado, 7 de agosto de 2010

Momentos

Cuando encaramaba la montaña cayó sobre mí una cortina de agua. No ha durado más de tres minutos, pero ha sido suficiente como para dejarme calado. La camiseta se adhería a mi cuerpo como una segunda piel, pegajosa y pesada. Mi cabello parecía una esponja recién sumergida de la que se desprenden hilillos de agua asemejando sudor. Alcé la vista maldiciendo. Siempre pasa igual, allí donde no tengo donde resguardarme, llueve. Recapacité y esbocé una sonrisa... era un lujo mojarse bajo la lluvia, sentir como esa ducha universal humedecía mis ropas y empapaba mi piel con miles de gotitas juguetonas. Entonces caminé con el orgullo de sentirme vivo. Concebí como un honor que los dioses me hubieran concedido esos tres minutos refrescantes en aquella calurosa mañana.
Es gratificante ser agradecido en esos momentos. Cualquier recalcitrante materialista echaría de menos su paraguas de marca, negándose a aceptar lo maravilloso que puede llegar a ser experimentar la lluvia sobre uno mismo, tal y como se manifestaba en el título de aquella vieja canción “gotas de lluvia sobre mi cabeza” (Raindrops keep fallin' on my head en el inglés original)... los pobres nos emocionamos con cualquier cosa, aun trabajando, o debemos ser los de letras, inmersos en ese mundo espiritual, fantasioso, puramente imaginativo, soñador. Estos momentos no se buscan, aparecen, como aquél, en que tumbado en la arena, con la vista fija en el cielo, observas las nubes retorciéndose sobre si mismas, formando extravagantes monstruos o deliciosas bellezas. Todo acompañado del sabor de la miel que impregna tus labios en diminutas dosis, y descubriendo el roce de la seda sobre tu pecho...

viernes, 6 de agosto de 2010

Mañanas de astrología aplicada




Todas las mañanas me gusta despertar tomando un café con leche. Como siempre, proclamo que, se trata de mi chute matutino (que podríamos clasificar de hipérbole ¿no?).

La cuestión es que el otro día cayó en mis manos un periódico que rara vez leo, el ABC. Lo hojeé por encima, resultando de interés algún artículo de opinión, para temblar en todo el sentido del término. Pasé por los clasificados y llegué directamente a los deportes y el horóscopo. No creo mucho en la astrología, pero en ocasiones me agrada leer que me depara el futuro más inmediato. Bueno, no sé si podemos considerar astrología el horóscopo de un diario o una revista del corazón (¿pseudo-astrología?).

Al acabar la rápida lectura de mi signo me quedé estupefacto. Lo volví a leer. Y otra vez. Por un instante pensé que me estaban tomando el pelo o quizás lo había leído mal. Aquello no podía ser cierto, ciertamente no era cierto, no estaba seguro con certeza de que lo que había leído era cierto, válgame la redundancia. Decía:

“Todo lo que sucede, sucede necesariamente. Si cambia, sucederá necesariamente, otra cosa”.

Me imagino que más de un lector habrá pensado lo mismo que yo, opinión que silencio para no levantar la ira de los dioses. Había oído hablar de la ambigüedad, pero aquí no había límites. Es como decir que pase lo que pase estás jodido. Me froté los ojos y lo leí de nuevo... no podía dar crédito a lo visto. Eran las siete y cuarto de la mañana y el tipejo del horóscopo se quería quedar conmigo. La expresión aparecía en un halo de misterio, recordándome a aquel famoso dístico de Lovecraft que rezaba:

“No está muerto El que reposa en la eternidad, pues cuando llegue la hora hasta la misma muerte morirá”.

Vale, no hay comparación, pero de buena mañana leer algo así puede afectar al coco, y más sabiendo que tras estas palabras se esconde tu futuro más inmediato y el destino de un día que, si soy necesariamente sincero, se cumplió...
Está tan bien planteada la oración que se acierta siempre.

jueves, 5 de agosto de 2010

1000

Agradecer desde el presente blog a todos aquellos que hacen posible su existencia, las lectoras, vosotras.
He tardado unos tres meses y medio en llegar a las 1000 visitas, pero eso no importa. En una lectura pública en la antigua Grecia, la "Tebaida" de Antímaco, sólo Platón aguantó hasta el final, consolándose el lector en que prefería a un Platón que a mil oyentes. Así que, proclamo lo mismo... la gente que me lee lo hace porque así lo desea, y un servidor lo agradece de corazón. Muchas gracias.
Espero no caer en milenarismos o mileuristas. Salud a todas.

miércoles, 4 de agosto de 2010

The return of Martial

Marcial regresa con algunos de sus epigramas más picantes y obscenos. A disfrutarlos. Sin censura, tal y como aparecen en la publicación.


Tienes un gran defecto

Cuando tienes tú una cara de la que ni una mujer podría hablar, cuando
ninguna tacha señala tu cuerpo, ¿por qué te extrañas de que tan pocos apetezcan echarte un polvo y de que tan pocos repitan? Tienes un defecto, Gala, y no pequeño. Cada vez que me he metido en faena y nos movemos con nuestros sexos acoplados, tu coño no se calla, te callas tú. ¡No hicieran los dioses que tú hablaras y que él callara! Me molesta la garrulería de tu coño. Más quisiera que te peyeras, ya que esto tampoco es inútil, dice Símmaco, y es cosa ésa que, a la vez, mueve a risa. ¿Quién puede reírse de los traques de un coño fatuo? Cuando suena éste, ¿a quién no se le bajan la picha y las ganas? Di algo por lo menos y acalla con tu voz la de tu coño vocinglero y, si tan muda eres, “siquiera aprende a parlera dél”.

Filenis la marimacho

Sodomiza a los mocitos la tortillera Filenis y, más ardiente que un marido
en erección, se cepilla a las muchachas de once en once por día. Juega también al harpasto en sujetador y se pone amarilla de albero y las halteras pesadas para los culturistas las voltea con fácil brazo y, llena del barro de la cenagosa palestra, recibe una paliza con el látigo de un entrenador lleno de aceite. Y no cena ni se pone a la mesa sin antes haber vomitado siete cuartillos de vino puro, a los que cree que tiene el sagrado derecho a volver en el momento en que se ha comido dieciséis bollos para atletas. Después de todo esto, cuando se entrega al placer, no la mama lo cree poco varonilsino que les come a las muchachas la mismísima entrepierna. Que los dioses te concedan la que es tu personalidad, Filenis, que consideras varonil lamer coños.

*Ambos textos estan publicados en la edición de José Guillén (Zaragoza 2004).



Imagen: Fresco pompeyano del siglo I d.C.

martes, 3 de agosto de 2010

Selene

Esta mañana resplandecía la luna en el cielo matinal... algo tenue, pero ahí estaba... el mismo astro que vi ayer por la noche rasgado por las penumbrosas nubes, que apagaban intermitentemente su luz.
A veces pienso que la luna juega conmigo. Unos días brilla con fulgor, otros ni se le ve. Se esconde, se oculta, no dice nada, calla, se olvida. En cambio, existen noches en las que me deja extender mis manos, casi tocarla y me regocija con su frívola tez y su centelleo embrujado. Ensimismado la miro, le guiño un ojo y parece responderme. Entonces tengo la sensación, o siento, que es muy diferente, que ella me besa, porque creo sentir en cierto modo el hechizo de sus labios pétreos sellando mi boca, su loca lengua bailando con la mía. Despierto y la busco a mi lado, tanteo con la mano el sitio donde yacía, con las sábanas arrugadas, retorcidas en su figura... pero no está. Queda su fuego, pero no está. Mis ojos quedan fijos ahí, imaginándola. Me vuelvo sobre mí mismo y avizoro por la ventana, ahí está, ella, la luna.

lunes, 2 de agosto de 2010

Cartas a Paulo (2 de agosto 2763 Ab Urbe Condita)

Hola Paulo,

Ya lo decía un personaje de ficción: la X señala el lugar.
Como puedes comprobar Paulo, ando algo perdido, vago por el mundo sin una brújula, sin un sentido definido y sin las ideas muy claras.
Paso a paso, despacio, con el inevitable miedo a que el suelo se abra bajo mis pies. Tanteo las paredes buscando el fulcro que desactive la trampa. Intento elegir con sumo cuidado a los compañeros de viaje.
No hay mayor aventura que la vida, y en un instante todo puede acabar ¡zas! De un solo golpe, con una única negativa, con un mero gesto, con un acto aislado y anecdótico. Fin.