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viernes, 10 de septiembre de 2010

Las perforadoras golpean la tierra, los balones golpean los corazones desconsolados

[A los 33]

Las perforadoras parecen avanzar, arañando día a día un poco más aquel terreno pedregoso y desértico. Mientras tanto los mineros son abastecidos de alimentos, medicinas... y algo más: mensajes de ánimo y solidaridad, alientos de fuerza e ilusión. En ese involuntario encierro, bajo tierra, son alentadoras para combatir la desesperación y la inquietud, las misivas más extraordinarias.

A parte del cariño de las familias, gestos como los del jugador David Villa se clasifican de excelentes. Oriundo de Tuilla, en el concejo de Langreo, en plena cuenca minera asturiana, y descendiente de tan azaroso oficio, el futbolista ha demostrado con un bello acto su porte de embajador de la esperanza. Yo sé, y a raíz de la afición existente en Chile por el deporte rey, que esta camiseta firmada por El guaje incrementará la moral de los mineros atrapados, y ayudará a superar esa constante depresión en la que se encuentran permanentemente sumidos. A ello, cabe sumar el partido que pudieron visionar el otro día, un Chile-Ucrania que dejó cierto sabor agridulce, pero que seguro hizo olvidar durante noventa minutos la agónica situación en la que viven.

Y es que dicen que el fútbol es una válvula de escape para millones de personas en el mundo. El fútbol hace olvidar durante momentos la cruda realidad, y nos concentramos tanto en unos colores, en un balón... que arrinconamos todos nuestros miserables problemas y disfrutamos. Ciertamente esto es discutible, y podrían correr ríos de tinta entorno a este tema, pero no es aquí cuestión el discutir si el fútbol es el opio del pueblo, si pan y circo, o que mientras vemos un partido importante aprueban la Ley de la Reforma Laboral sin ni siquiera importarnos.

Yo creo que ese balón de oxígeno, sí, digo balón, los mineros lo agradecen... profundamente, seguro... ellos debieron disfrutar con su selección en el Mundial, y más de uno desea ferviente volver al estadio donde gozar con los goles o sufrir con la derrota de su equipo, de los colores que lo obsesionan, que lo catapultan a un mundo de ensueño donde impera el olor a césped mojado y el ruido sordo que emite el balón al ser pateado con fuerza.

La verdad que existen otros muchos modos de animar a los mineros... pero si el fútbol es su pasión, fútbol por favor. Me trae sin cuidado que los de la liga anti-fútbol piensen lo que piensen, y crean que estamos como hipnotizados por este deporte o crean que es algo que afecta al intelecto o crean que los que vemos a veintidós tíos sobre un terreno de juego detrás de una pelota somos tontos. Yo también veo más allá del fútbol. Pero el fútbol levanta pasiones (y genera violencia dicen), pero el fútbol ayudará un poco más a que los 33 no pierdan la esperanza, allí, a 700 metros de profundidad, y como ya dije, en las entrañas de la tierra, a unos pocos pasos del Infierno.




Imagen: Un gol a favor de la esperanza.

1 comentario:

  1. y OLE !!!

    que mas te puedo decir david..como siempre llegas al corazon de tus lectores..buen articulo ..lo vamos a publicar .....un abrazo amigo.

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