AHORA UNIDOS MÁS QUE NUNCA 15-M DEMOCRACIA REAL YA

viernes, 17 de septiembre de 2010

El retorno de Suro



Mis vecinas ya se comen cualquier cosa, que descaro. El otro día una de ellas se jalaba una polilla ¡Puag! Donde esté una carnosa y vitamínica mosca se quite ese bicho seco que sabe a papel y a ropa vieja.

Esta mañana me recreo en mi guarida ¡mmmmm! Una deliciosa lombriz o un jugoso saltamontes con sus crujientes patazas de atrás, rebosantes de chicha. Mi sistema de alimentación comienza a rugir. Necesito succionar algo ¡ya! Lamo mis heridas de guerra y me encuentro algo cansada. Me quedan seis patas como a una miserable cucaracha, pero después del lastimoso episodio con el monstruo de la absorción no me voy a dar por vencido.

Nunca he gozado de una vista de lince a pesar de mis múltiples ojos, pero allá abajo pasa algo. Esos malolientes mamíferos ya están apareándose.

Ya que se ocupan en sus menesteres es una ocasión de oro para bajar y trasladarme a una de mis trampas para desayunar. Colocadas por toda la casa mi cepo predilecto es el que se ubica en un cuadro cerca de la ventana, lugar de tránsito de cantidades y cantidades de comida. Hoy me pondré como el quico.

¡Como jadean estos malditos mamíferos! Yo sólo puedo aparearme una vez en la vida, así que el día elegido tiene que ser brutal.

Con la más absoluta naturalidad mis hileras producen mi preciado medio de transporte y muy despacio desciendo como un artista del alambre, sutil, con sumo cuidado.
Correteo con cierta dificultad hacia mi trampa para ver con espanto que ya no está. Mecachis, este tipo es más meticuloso que los anteriores inquilinos. Con aquellos era Jauja, no eran unos paranoicos de la higiene.

En fin, mi táctica trampa del cuadro ha desaparecido ¿Qué hacer? Aprovechando que los mamíferos copulan asaltaré su despensa. La reserva de alimentos se halla en un pequeño armario con varios estantes y una portezuela. Escalo hacia el ático del mueble y me cuelo por una de las rendijas de la puerta. Aquello es el Paraíso, la manduca abunda. Hay una especie de bolitas verdes… ¡ugs! Están en un recipiente infranqueable, voy a rascar… no puedo. A ver, anda, y estas bayas rojizas ¡grec! ¡grec! Están duras, no se puede succionar lo que hay dentro. Y eso que parecían termitas. Voy a subir al siguiente estante…larvas naranjas ¡mmmm! Están en un recipiente pero creo que las podré catar ¡ñam! ¡puag! ¡Qué diablos es eso! Sabe a tierra con cierta textura ¡buf! Anda, una caja de cartón, voy a meterme dentro. ¡Cras! ¡Cras! soso, soso. No sé que pinta una gallina en el envoltorio. Bichillos blancos, parecen gusanitos, vamos a ver… ¡shhhp! No tienen juguillo. Estos mamíferos no saben comer… probaremos con el dulce, aunque a nosotros los arácnidos no nos sienta muy bien el azúcar, dicen que engorda, y la verdad que ya tengo una barriga que exige una dieta equilibrada. Pero si no absorbo alimento alguno a este paso me quedaré en el chasis… ¡La madre del cordero! Todo son botes, latas y cosas incomestibles.

–Hola Suro ¿Qué haces? –me pregunta una compañera que surge de entre los botes.
–Intento comer.
–Aquí sólo hay bazofia. Ayer cacé una polilla gigante ¿Te apetece succionar un poco?
–¡Qué remedio!


*Suro volverá con el episodio "La fortuna de Suro".

No hay comentarios:

Publicar un comentario