En los últimos meses las mañanas del sábado son monótonas. No son esas mañanas largas, de resaca, dolor de cabeza y estómago revuelto; recuerdo atroz de una noche extraña, divertida y especial.
Son mañanas de sol, café con leche, cremadillos, periódico y tertulias. Son mañanas de mercado, pueblo y paseo. Son mañanas apacibles y de gozo.
¿He dicho monótonas? Las tostadas crujen como las hojas de los libros, esos que devoro tras el desayuno, inmerso en nuevas experiencias y mundos por conocer ¿Quién dijo que las mañanas de sábado son monótonas? ¡Caramba! Como cambia todo.
sera por la edad o menos fiestas ?? y estas disfrutando mas el mundo de los vivos..explicaste algo que es universal un despertar nuevo ..todo cambia con el tiempo....como siempre exelente un abrazo luis moreno.
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